En la actualidad tenemos una buena «literatura» acerca de los espacios de aprendizaje, que muestro en la breve bibliografía de este pequeño post.

Según mi opinión, los espacios de aprendizaje deben estar diseñados para establecer un buen «compromiso» por parte del aprendiz y mejorar los aspectos metodológicos y pedagógicos de las actividades a diseñar.

Creo conveniente diferenciar entre diseño de espacios de aprendizaje virtuales, donde los diseñadores y desarrolladores de LMS o EVA no han hecho un buen trabajo, pensando en cómo pueden ser esos muros vallados de los entornos de aprendizaje cerrados, y también debe imperar en los PLE una interfaz sencillo, amigable y que al aprendiz encuentre que sus interacciones son «naturales». Al respecto Martin Weller nos habla en su último libro «Virtual Learning Environments: Using, Choosing and Developing Your VLE». En el capítulo VLE 2.0 (concepto creado por él) nos informa de que es posible un desarrollo en cuando al diseño dependiendo de la actividad.

Por otro lado, él que nos ocupa, hace referencia a diseño de espacios de aprendizaje arquitectónicamente. Los paisajes que se pueden crear «mimetizan» y apoyan una forma de trabajar que hace posible tal tarea o actividad. Nosotros, desde la Universidad de León, sufrimos en edificios nuevos estilos de construcción del pasado que no hacían posible determinadas tareas. No se piensa en espacios polivalentes donde cada profesor/estudiantes diseñen el espacio según sus necesidades. Por eso, se debe pasar (tarea pendiente en muchos casos a la hora de construir un edificio para el aprendizaje) del modelo industrial al modelo activo e investigador. El buen diseño de espacios puede fomentar que determinadas tareas e investigaciones sean exitosas por el compromiso y la interacción de los miembros de un grupo en estrategias blended learning (se ven las caras, se activan mecanismos invisibles y tácitos, mejor participación). A la hora de crear comunidades de práctica genera una mayor pertenencia a grupo. Como digo, es un complemento y ayuda. En un futuro va a ser importantísimo generar buenos espacios de aprendizaje (competencia clave que requiere habilidades metodológicas y tecnológicas), tanto reales como virtuales. El profesor-arquitecto diseñador de interacciones, combinando artefactos que lo hagan posible. Entraría en juego la habilidad de creación de mashups pedagógicas.

Lo que estoy viendo en algunos casos, es que «chirrían» muchos elementos al crear metodologías activas e innovadoras en espacios clásicos y con tecnologías que cambian el rumbo de lo que en un principio se podía esperar. Las tecnologías se imbrican en estructuras (jerarquías, organigramas opacos, etc.) y en espacios (lugares cerrados, aulas transmisivas, tarima de profesor, mesas y objetos no modulares, que ni siquiera se pueden mover, etc)

. Las estrategias de m-learning van encaminadas a crear espacios de este tipo y como si fuera un juego de interacciones para que el aprendizaje sea más dinámico. La metodología de un buen aprendizaje móvil requiere de una «invisibilidad» metodológica, como si se tratara de el mismo aprendizaje informal en nuestra vida cotidiana.

Más información en la bibliografía y webgrafía:

VV.AA. EDUCAUSE Review [Learning Spaces]. vol. 44, nº 2. Recuperado Mayo 4, 2009. A partir de http://www.educause.edu/er.
Rynard, R. (2009). Designing Learning Spaces for Instruction, not Control. Recuperado Mayo 4, 2009, a partir de http://campustechnology.com/articles/2009/04/29/designing-learning-spaces-for-instruction-not-control.aspx.
Weller, M. (2007). Virtual Learning Environments: Using, Choosing and Developing Your VLE (1º ed.). Routledge.
Designing Spaces for Effective Learning Publication : JISC. (2009). . Recuperado Mayo 4, 2009, a partir de http://www.jisc.ac.uk/eli_learningspaces.html.
Oblinger, D. G. (2006). Learning Spaces. Educause.

About the author

Fernando Santamaría González Soy un investigador y formador en espacios online. Trabajando e investigando en temas de aprendizaje emergente.