Pensando desde una perspectiva de psicología social, para la mayoría de nosotros, las redes sociales [en conceptualización amplia] son relativamente pequeñas y constan de unas 5 personas, algunos hablan de 3 como constitución. Serían propiamente círculos íntimos unas 5 personas. Con 15 personas se trataría de las muy cercanas. Ya con 50, sería con las que nos comunicamos regularmente, 150 con las que mantenemos relaciones sociables estables (Se trata del número de Dunbar: La razón es que representa la máxima (teórica) número de personas que una persona razonablemente puede interactuar. Como muchos blogs puede una persona leer, seguir y responder? Tal vez en torno a 150, si Dunbar es correcta. Lo que significa que si tenemos 170 blogs, a continuación, los blogs no constituyen un «núcleo» – la gente comienza a ser selectivo sobre qué blogs se está leyendo, y diferentes subcomunidades (e interactivos) se pueden formar.). Y con 500 personas que apenas conocemos, pero que podemos reconocer (esto está inscrito en lo que podemos llamar según Mark Granovetter los “vínculos débiles” weak ties o como le llamaba “la fuerza de los vínculos débiles”).
El coworking en estos centros como hubBOG fortalece aún más estos vínculos débiles. En un trabajo de Steve King y Carolyn Ockels, concretamente Emergent Research,  establece una serie de criterios después de haber entrevistado a más de 100 miembros de espacios de cotrabajo durante 9 meses:
1) El cotrabajo o coworking expone a los miembros de sus espacios a gente nueva y a nuevas experiencias, y lo que hace es expandir su red de vínculos débiles. Alenta la interacción comunitaria con eventos, reuniones sociales y comidas como la que estamos celebrando hoy.
2) Estos autores afirman que es más fácil aprovechar las redes de vínculos débiles basadas en el cotrabajo o coworking. Hay que entender lo contrario a las relaciones que se establecen en los sitios de redes sociales tipo G+ o Facebook, donde los coworkers comprenden que el trabajo en red es parte de ser miembros de un espacio en red y por eso aquí tiene su gran importancia el medio. Este medio se le da un valor (añadido) para lograr un fin.
3) Los administradores de la comunidad fomentan la formación de redes de vínculos débiles. Estas comunidades de coworking deben tener un administrador o facilitador que ayude a la gente a conectarse entre sí. Y los miembros de estas comunidades  suelen acudir a estos manager o facilitadores para resolución de problemas y para el incremento de las posibilidades en la red.

La expansión de las redes de vínculos débiles orientadas a negocios en espacios como HubBOG en Bogotá es un beneficio poderoso del coworking. Los trabajadores desde sus casas (teletrabajo) suelen decirnos que es más complicado crear y hacer crecer sus redes comerciales. El coworking, con su estructura en red generando comunidades de apoyo y afinidad empresarial y con contacto físico (esto no quita para crear espacios virtuales y video conferencencias para remarcar estrategias y generar un content marketing. Supone la solución algunos de los problemas del trabajo de consultores aislados y freelancers.

Habría que diferenciar por otro lado lo que entendemos por grupos y comunidades para establecer las estrategias de trabajo de la empresa en cuestión.
Por ejemplo según nos cuenta Paul Adams en Grouped, la mayoría de la gente tiene de 4 a 6 grupos [inmersos en redes y a veces en estructura de cliqués o de carácter homofílico] independientes de menos de 10 amigos, y por lo general estos no se superponen. Todos nosotros conectamos de forma única múltiples grupos de personas. La importancia de este hecho radica en que, para que nuestras ideas se extiendan, necesitamos contar con estos grupos de amigos conectados. Hay que estudiar en una estructura de red la difusión por medio de la visualización de esta red y ver cuales son las personas que pueden interconectar los grupos (no las personas influyentes en la que siempre hemos creído) y para su expansión e innovación. Lo que llama R. S. Burt agujeros estructurales (Structural holes) en uno de sus libros más importantes: Structural holes: the social structure of competition.
Me ha parecido muy interesante lo que dice con una serie de ideas sobre la innovación y la creatividad (dos formas distintas de mejorar y ser mas «competitivos») están en los márgenes o confines de la propia centralidad del trabajo, está en la heterogeneidad de las redes, en las dinámicas establecidas y que no generen cliquismo de manera constante.

Por eso creemos que al difundir las ideas desde la perspectiva comercial y de negocios, la estructura de la red es más importante que las características de los individuos siguiendo los parámetros de Paul Adams.
Por todo ello, los individuos y los hubs (esos concentradores) son muy importantes a la hora de difundir ideas. Hay dos tipos de concentradores:
1) Los más avezados e innovadores y que son un número reducido de personas abiertas a nuevas ideas, que son adaptadores de procesos rápidos y lo pasan a un número limitado de personas.
2) Los seguidores (replicantes de ideas) y que tienen un número más elevado de conexiones y, aunque a menudo adoptan ideas mucho más tarde que los innovadores, son más importantes para alcanzar poblaciones masivas y usar las técnicas virales. Por eso los “influyentes” no son tan importantes en la difusión de las ideas como se creía hasta ahora.
La importancia del análisis de las redes y la visualización de estas es fundamental para sobrevivir a las masivas interacciones provocadas por los sitios de redes sociales.. Entenderlas y visualizarlas es importante para mantener un negocio “competitivo” en el siglo XXI.
Este post está escrito para el almuerzo de networking en una de las grandes incubadoras de negocios en Bogotá: hubBOG. Te esperamos mañana, viernes 18 de enero de 2013.
Ha sido un post espontáneo, a partir de algunas de las ideas de este blog.

About the author

Fernando Santamaría González Soy un investigador y formador en espacios online. Trabajando e investigando en temas de aprendizaje emergente.