Reflexiones sobre ecologías y espacios del aprendizaje, análisis del aprendizaje y análisis de redes sociales, visualización de datos, Big Data y otros temas emergentes

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Palancas de diseño para una buena cooperación [Yochai Benkler]

El Pingüino y el Leviatán. Portada

Yoachai Benkler en su último libro “El Pingüino y el Leviatán: por qué la cooperación es nuestra arma más valiosa para mejorar el bienestar de la sociedad” (una reseña del libro) intenta desmoronar la parte egoísta del ser humano con muchos fuentes de investigación. Un libro que se lee de un tirón e intenta ver la importancia de la cooperación en el ser humano para mejorar los procesos empresariales, diseñar una tecnología más inteligente, reformar nuestros sistemas económicos, maximizar las contribuciones voluntarias a la ciencia, reducir los delitos o aumentar la eficacia de los movimientos cívicos, entre otras muchas cuestiones.
En el último capítulo (10) con el título de “Cómo crear un pingüino” pone sobre la mesa una serie de principios diseñados para la cooperación, llamándolas “palancas de diseño” o elementos del sistema humano que son satisfactorios para la cooperación y que se puedne emplear para la motivación de la gente para que trabaje en un sistema que contribuya al trabajo y esfuerzo colectivo y no al interés personal.
Estas palancas constituyen los ingredientes de los sistemas de cooperación prácticos y exitosos según Y. Benkler:
1) La comunicación. El sistema de comunicación es clave entre los participantes. Es claro que cuando las personas hablan entre si, habiendo empatía y confianza el sistema de cooperación marcha mucho mejor que si no se hablan entre ellos.

2) Marco, adecuación y autenticidad.
Debe haber un marco y las personas reaccionan de forma diferente a cómo se enmarca una situación determinada. Si tratas de vender un sistema cooperativo de trabajo y está encubierto una forma agresiva y competitiva las personas se darán cuenta. Es importante que ese marco se adecue a la realidad, ya que si no es así ese tipo de cooperación dura poco. Pensar en ambientes de trabajo muy enrarecidos debido a una serie de circunstancias, entonces habrá una cooperación baja.
3) Mirar más allá de nosotros mismos: empatía y solidaridad.
Las comunicaciones cara a cara para conocerse unos a otros (cuanto más significativo sea el grado de conocimiento, mejor) producen efectos reales y tangibles para la cooperación.
Por razones tanto biológicas como sociales, cuanta más empatía y solidaridad sintamos hacia los demás, más probabilidades hay de que tengamos en cuenta sus intereses. Del mismo modo que sentir empatía o solidaridad con otros individuos hace que estemos más dispuestos a cooperar con ellos, la solidaridad con un grupo nos hace más propensos a sacrificar nuestro propio interés en favor del colectivo.

4) Construir sistemas morales: justicia, moralidad y normas sociales.
Según Y. Benkler, tanto si estás diseñando un modelo de negocio como una página web o una ley, los valores no son algo en lo que pensar a posteriori. La justicia no es un concepto al que se llega tras tomar las decisiones prácticas sobre cómo mejorar la eficacia, la innovación o la productividad: es intrínseca a la cooperación humana eficaz. La justicia nos importa, y cuando creemos que los sistemas en los que habitamos nos tratan con justicia, estamos dispuestos a cooperar más eficazmente. O sea, que los sistemas justos son más productivos. En la justicia no está todo y no se logran sistemas equitativos, por eso nos comenta que se debe recurrir a una motivación intrínseca y para que la haya, las personas que trabajan deben percibir que esa justicia es justa. También es importante la moralidad.
Los valores claramente definidos son también determinantes para una buena cooperación, con simplemente, debatir, explicar y reforzar qué es lo correcto o lo ético en un entorno determinado favorecerá ese tipo de conducta más positiva hacia la cooperación.
Unos párrafos más adelante habla de la transparencia, permitiendo a las personas entrar en un sistema o interacción y ver lo que los otros hacen reafirma las normas sociales y hace que la gente las cumpla. El ocultismo y, a veces, un conocimiento tácito de las esquinas y el cuchicheo no es la mejor forma de crear un clima cooperativo.

5) Recompensas y castigos.
A pesar de que la idea central de este libro sostiene que los seres humanos estamos motivados por mucho más que palos y zanahorias, en ocasiones las recompensas y los castigos, si son administrados de manera correcta, pueden funcionar. El reto es encontrar una forma de motivar a los interesados para que cooperen, sin perder a aquellos movidos por impulsos más sociales e intrínsecos. Ninguna persona que diseñe un sistema humano, de cooperación o de cualquier otra clase, puede permitirse pasar totalmente por alto las motivaciones materiales.
En el mundo empresarial, las sociedades y organizaciones enfocan el tema de las recompensas y los incentivos de modo muy diferente, dependiendo de tipo de organización y de lo sensible que sean las personas a las motivaciones sociales y morales. Diferencias de las organizaciones sin ánimo de lucro de las empresas de Wall Street (donde es una incentivación por la productividad pura y dura).
Con lo cual, para resumir, hay que ver el punto justo de los incentivos para una saludable cooperación.

6) Reputación, transparencia y reciprocidad.
La cooperación depende de la reciprocidad a largo plazo, tanto directa como indirectamente. La reputación es la herramienta más poderosa con la que contamos para hacer frente a esto. Como nos han enseñado los sistemas online como eBay, incluso los sistemas basados en la reputación que son esencialmente anónimos, como los que utilizan «nombres de usuario» que no revelan nada de la personalidad real de una persona, pueden bastar para que la gente se comporte como es debido.

7) Construir en la diversidad.
Hay que construir sistemas de cooperación sobre la diversidad. Mi afirmación fundamental es que tenemos perfiles motivacionales diferentes ante escenarios motivacionales distintos respondemos de maneras diversas. No obstante, nuestras motivaciones también son distintas desde un punto de vista individual; es decir, cada uno de nosotros responde a una serie de impulsos motivacionales que no son fáciles de resumir, y que no siempre tienen el mismo peso en todos los contextos durante todo el tiempo. Dado que diferimos y somos distintos unos de otros, los sistemas que tratan de que realicemos un esfuerzo colectivo o fomentar que nos coordinemos y cooperemos con otros han de ser un tanto flexibles. Han de tener también en cuenta que somos sensibles al coste de la cooperación, si bien nuestro grado de sensibilidad puede variar con el tiempo. Un sistema que depende de un enorme sacrificio personal puede que no sea imposible, pero sí extremadamente dificil de mantener a largo plazo. El destino de los grandes experimentos nacionalistas y comunistas del siglo XX dan sobrado testimonio de este hecho. Sólo podemos esperar que la gente sacrifique su propio interés por el bien colectivo durante un tiempo.
Los sistemas que aprovechan nuestras diferentes motivaciones no sólo son más productivos, sino también más coherentes con la experiencia humana, que los construidos únicamente por personas a las que les importan los resultados materiales y dejan que el resto se solucione por sí solo. Una de las mejores formas de hacer esto es teniendo en cuenta las contribuciones asimétricas (como por ejemplo las que se aportan en la Wikipedia), en otras palabras, permitiendo que algunas personas ceontribuyan mucho y otras relativamente poco. Para que esto funcione, sin embargo, la gente que forma parte del sistema tiene que superar la idea preconcebida de que las contribuciones asimétricas equivalen a un viaje gratis. Indudablemente, hay casos en los que algunas personas hacen casi todo el trabajo y las demás parecen obtener los mismos beneficios. Pero esto no es siempre lo que parece. Si alguien realiza unos esfuerzos enormes en Wikipedia o en un proyecto de desarrollo de software libre es posible que no se le pague más que a los demás. Es el éxito de muchas plataformas de Internet, permitiendo a la gente contribuir sin más, tanto o tan poco como se desee.

Cómo aprenden los estudiantes: siete principios para un óptimo aprendizaje

Front: How Learning Works: Seven Research-Based Principles for Smart Teaching (Ed. Jossey-Bass)

Cualquier conversación sobre aprendizaje eficaz o auténtico debe comenzar con una consideración de cómo aprenden los estudiantes. Sin embargo, los instructores pueden encontrar una diferencia entre los recursos que se centran en la investigación técnica en el aprendizaje y los que proporcionan estrategias prácticas en el aula. Este libro intenta crear un puente para tal brecha.

En este volumen, los autores introducen siete principios generales del aprendizaje, derivados de la literatura de investigación de esta área, así como de veintisiete años de experiencia de los disitintos autores como profesores. Se han basado en la investigación desde la amplitud de perspectivas (estudios de neurociencia cognitiva, de psicología social y desarrollo, de la investigación educativa, de la antropología, de la demografía y del comportamiento/aprendizaje organizacional) para identificar una serie de principios clave que subyacen en el aprendizaje de cómo una organización eficaz mejora la recuperación y uso de la información, así cómo la mejora estratégica para una buena motivación.

En otras palabras, los profesores necesitan un puente entre la investigación y la práctica, entre la enseñanza y el aprendizaje. Por eso se necesitan libros como este para tener un buen feedback (por lo menos ami a la hora de formar al profesorado) sobre la práctica profesional para mejorar la calidad de formación del profesorado.

Estos autores del libro comentan lo siguiente:

Mientras que trabajamos con los profesores para explorar las fuentes de estos problemas, recurrimos a la investigación sobre el aprendizaje, y a partir de esta investigación se destilan siete principios, cada uno de los cuales cristaliza en un aspecto clave del aprendizaje del estudiante. Estos principios se han convertido en la base de nuestro trabajo. No sólo los hemos encontrado indispensables en nuestra propia enseñanza y en nuestras consultas con el profesorado, sino que a medida que hemos hablado y trabajado con miles de profesores de todo el mundo, también hemos encontrado que los principios resuenan a través de las disciplinas, tipos de instituciones culturas, desde América Latina hasta Asia. En nuestra experiencia, estos principios proporcionan a los instructores un entendimiento del aprendizaje de los estudiantes que pueden ayudarles a (a) ver por qué ciertos enfoques de enseñanza apoyan o no el aprendizaje de los estudiantes, (b) generar o perfeccionar los enfoques de la enseñanza y estrategias que sean más efectivas para fomentar el aprendizaje del estudiante en contextos específicos, y (c) transferir y aplicar estos principios a los nuevos cursos (p. 2).

 

En este libro se define el aprendizaje como un proceso que conduce al cambio, que se produce como resultado de la experiencia y aumenta el potencial de mejorar el rendimiento y el aprendizaje futuro ( esta adaptado del libro de Clark Mayer de 2002 entre otros). Hay tres componentes críticos en esta definición:

  1. El aprendizaje es un proceso, no un producto. Sin embargo, dado que este proceso tiene lugar en la mente, sólo podemos inferir que ha ocurrido a partir de los productos o actuaciones de los estudiantes.
  2. El aprendizaje conlleva cambio en el conocimiento, creencias, conductas y actitudes. Este cambio se despliega a lo largo del tiempo. No es efímero sino que tiene un impacto duradero sobre cómo los estudiantes piensan y actúan.
  3. El aprendizaje no es algo dado a los estudiantes, sino algo que los estudiantes crean por sí mismos. Es el resultado directo de cómo los estudiantes interpretan y responden a sus experiencias, conscientes e inconscientes, pasadas y presentes.

LOS SIETE PRINCIPIOS DEL APRENDIZAJE

Nuestros siete principios del aprendizaje provienen de una perspectiva interdisciplinar y holística. En otras palabras, parten del reconocimiento de que

a) el aprendizaje es un proceso de desarrollo que se cruza con otros procesos de desarrollo en la vida de un estudiante, y

(b) los estudiantes entran a las aulas, no sólo con destrezas, conocimientos y habilidades, sino también con experiencias sociales y emocionales que influyen en lo que valoran, en cómo se perciben a sí mismos y perciben a los demás, y cómo van a participar en el proceso de aprendizaje (un análisis de sus costumbres, formas y maneras de aprender).
En los siguientes párrafos resumimos brevemente cada uno de los principios en el orden en que se analizan en el libro y que cada capítulo trata uno de los principios:
* El conocimiento previo de los estudiantes puede ayudar o dificultar el aprendizaje.
Los estudiantes vienen a nuestros cursos con los conocimientos, las creencias y las actitudes adquiridas en otros cursos y en la vida diaria. Como los estudiantes traen este conocimiento para tener en nuestras aulas, influyen en cómo filtrar e interpretar lo que están aprendiendo. Si el conocimiento previo de los estudiantes es robusta y precisa y se activa en el momento apropiado, entonces proporciona una base sólida para la construcción de nuevos conocimientos. Sin embargo, cuando el conocimiento es inerte, insuficiente para la tarea, que se activa inapropiadamente, o inexacta, puede interferir con o impedir un nuevo aprendizaje

* Cómo los estudiantes organizan el conocimiento influye en cómo aprenden y aplican lo que saben

Los estudiantes hacen conexiones de manera natural entre piezas de conocimiento. Cuando esas conexiones forman estructuras de conocimiento que son precisas y están significativamente organizado, los estudiantes son más capaces de recuperar y aplicar sus conocimientos de manera eficaz y eficiente. En contraste, cuando el conocimiento está conectado de manera inexacta o aleatoria, los estudiantes pueden no recuperar o aplicarlo de manera apropiada. Es un principio conectivista y que atiende a unos principios emergentes a partir de un caos de datos e informaciones.

* La motivación de los estudiantes determina, dirige y sostiene lo que hacen para aprender.

Cuando los estudiantes ingresan en la universidad y obtienen una mayor autonomía sobre qué, cuándo y cómo estudiar y aprender, la motivación juegará un papel fundamental en la orientación de la dirección, intensidad, persistencia y calidad de los comportamientos de aprendizaje en las que participen. Cuando los estudiantes encuentran un valor positivo en un objetivo de aprendizaje o actividad, esperan alcanzar con éxito un resultado de aprendizaje deseado, y perciben el apoyo de su entorno, es probable que estén muy motivados para aprender.

* Para desarrollar la maestría, los estudiantes deben adquirir habilidades componentes, practicar su integración y saber cuándo hay que aplicar lo que han aprendido.
Los estudiantes deben desarrollar no sólo las habilidades de los componentes y el conocimiento necesario para realizar tareas complejas, también deben practicar su combinación e integración para desarrollar una mayor fluidez y automaticidad. Por último, los estudiantes deben aprender cuándo y cómo aplicar las habilidades y los conocimientos que aprenden. Como instructores, es importante que desarrollemos la conciencia de estos elementos de dominio con el fin de ayudar a nuestros estudiantes a aprender más efectivamente.

* La práctica orientada por el objetivo junto con la retroalimentación dirigida mejora la calidad del aprendizaje de los estudiantes.
El aprendizaje y la ejecución se desarrollan mejor cuando los estudiantes se involucran en la práctica que se centra en un objetivo o criterio específico, se dirige a un nivel apropiado de desafío y es de suficiente cantidad y frecuencia para satisfacer los criterios de rendimiento. La práctica debe ir acompañada de retroalimentación que comunica explícitamente para algún aspecto(s) del desempeño de los estudiantes en relación con los criterios específicos, aporta información para ayudar a los estudiantes a progresar en el cumplimiento de estos criterios, y se da en un momento y con la frecuencia que le permita ser útil.

* Los estudiantes no son seres sólo intelectuales, sino también sociales y emocionales, y todavía están desarrollando una amplia gama de habilidades intelectuales, sociales y emocionales. Si bien no podemos controlar el proceso de desarrollo, podemos dar forma a los aspectos intelectuales, sociales, emocionales y físicos del clima del aula en formas de desarrollo apropiadas. De hecho, muchos estudios han demostrado que el clima que creamos tiene implicaciones para nuestros estudiantes. Un clima negativo puede impedir el aprendizaje y el rendimiento, pero uno positivo puede activar el aprendizaje de los estudiantes.

* Para convertirse en aprendices auto-dirigidos, los estudiantes deben aprender a controlar y ajustar sus enfoques del aprendizaje.
Los estudiantes pueden participar en una variedad de procesos metacognitivos para monitorear y controlar su aprendizaje, evaluando la tarea en cuestión, sus propias fortalezas y debilidades, planificando y aplicando su enfoque y vigilando estrategias diversas y reflexionando sobre el grado en que su enfoque actual está funcionando de trabajo. Desafortunadamente, los estudiantes tienden a no participar en estos procesos de forma natural. Cuando los estudiantes desarrollan las habilidades para emplear estos procesos, adquieren hábitos intelectuales que no sólo mejoran su rendimiento, sino también su eficacia como aprendices.

¿QUÉ HACE QUE ESTOS PRINCIPIOS SEAN POTENTES?
La potencia principal de estos siete principios es que se basan directamente en la investigación y están diseñados sobre la base de la literatura cognitiva, de desarrollo y de psicología social, de antropología, educación y estudios de diversidad y la investigación dirigida no sólo en educación superior, sino también en la educación K-12. Aunque, por supuesto, no se trata de una revisión exhaustiva y cualquier resumen de la investigación necesariamente simplifica una serie de complejidades en aras de la accesibilidad, creemos que nuestras discusiones sobre la investigación que subyace a cada principio son fieles a la erudición y describen las características del aprendizaje sobre las que existe un amplio acuerdo. De hecho, varios de nuestros principios convergen con los que otros han delineado  (Pittsburgh Science of Learning Center, 2009; American Psychological Society, 2008), una convergencia que creemos que da fe de su relevancia.

No sólo estos principios están basados en la investigación, sino que a medida que los hemos compartido con colegas a lo largo de los años, hemos encontrado que son:

  • Independientes del dominio: se aplican igualmente bien en todas las disciplinas, desde biología al diseño de la historia de la robótica. Los factores fundamentales que afectan a la manera en que los estudiantes aprenden trasciende las diferencias disciplinarias.
  • Independientes de la experiencia: se aplican a todos los niveles educativos y situaciones pedagógicas. En otras palabras, a pesar de las implicaciones pedagógicas de que un principio será un poco diferente para los estudiantes de primer año de licenciatura en un entorno de laboratorio que para los estudiantes graduados en un entorno de estudio, el principio sigue siendo válido.
  • Relevantes transculturalmente: aunque la investigación a la que nos referimos se ha llevado a cabo principalmente en el mundo occidental, los colegas profesores de otros países se han hecho eco de los principios, encontrándolos relevantes para sus propias clases y estudiantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cultura puede y debe influir en cómo los principios se deben aplicar a medida que los instructores diseñan y enseñan en sus cursos.

Referencia:

Ambrose, S. A., Bridges, M. W., DiPietro, M., Lovett, M. C., & Norman, M. K. (2010). How Learning Works: Seven Research-Based Principles for Smart Teaching (1st ed.). San Francisco: Jossey-Bass.

Vicente Verdú y los males de nuestro tiempo

Entrevista:

 

Vicente Verdú, a mi modo de ver, sigue en este libro con sus obsesiones y describiendo con su característica prosa los vericuetos de este mundo, influenciada por la gran liturgia de prosistas franceses (desde R. Barthes hasta J. Baudrillard). En el libro recién publicado «La hoguera del capital: abismo y utopía a la vuelta de la esquina», obra ganadora de la V edición del Premio De Hoy 2012, además de sus temas que han rondado en los anteriores libros desde «El estilo del mundo» pasando por «Yo y tú, objetos de lujo» (configurando la teoría del personismo) y «El capitalismo funeral», en la que ha certificado la defunción del capital y del estado del bienestar.En sus párrafos podemos ir interpretando este complejo mundo en el que lo negro no tiene que ser negro y donde la hibridación, mixtura, mestizaje conforma este complejo mundo donde la incertidumbre se ha instalado en nuestras esferas vitales.
Os dejo en este Día del libro internacional este buen ensayo misceláneo donde habla de la Gran Crisis, de la salud, de las series televisivas, de lo político y sus secuaces, de la felicidad, de la educación, de la familia, del amor, de la empatía, de las redes e Internet.
Algunos párrafos:

I. La belleza del desorden

Un mundo dividido en secciones -economía, política, sexualidad, religión, ciencia-, como el pasado dictaba, es un mundo concebido a imagen y semejanza de la máquina newtoniana; mientras que un mundo complejo como el presente solo le conviene un sistema en interacción, confusión y copulación. (p. 26)

El mundo de la razón se corresponde ya menos con el mundo de la libertad y de la represión conocidas. Pero el mundo de la orgía y su especulación se corresponde con el nuevo universo del delirio.
Esta crisis maligna es, sobre todo, imponente, porque a diferencia de los otros tiempos, se alimenta de comportamientos apasionados, adquisiciones demenciales, apuestas a golpe de vista, irracionalidad más irracionalidad. Igualmente, al contrario de los departamentos estanco que definían el ordenado tiempo de la modernidad, obsesionado por la clasificación y la taxonomía, la posmodernidad y sus actuales secuelas imitan la naturaleza de un bazar de mil ofertas, misceláneo y surtido, dentro y fuera de internet.
(p. 27)

[…] un racimo de verdades tan profusas como los colores que forman un cuadro y crean armonía desde perspectivas de diferente función. (p. 28)

La disponibilidad inmediata ha sustituido a la acumulación. (p. 28)

Ante los errores y la ingeniería para extraer dinero de las agencias de calificación como Standard and Poor’s ¿Por qué no se las elimina?¿Por qué no se las penaliza duramente cuando cometen errores? No se les elimina porque sirven de faro a los mercados y los mercados son tan indecibles como el mismísimo Dios. Y no se las penaliza, en suma, porque  se teme que las consecuencias reactivas sean todavía mayores, y como alimañas heridas empeoren más la mala situación (p. 32)

III. Hipertrofia de la mercancia

En esta tesitura, cualquier actuación en contra de su hipertrofia parece una mutilación. Más aún: la hipertrofia no aparece como una deformidad del cuerpo, sino como su tránsito hacia otra figura que necesita seguir desarrollándose para alcanzar la armonía de una escala superior. Los mercados se autorregulan para saltarse la regla. El mercado tiende a crear fortunas, a duplicar el precio de lo que poseemos y, en el caso de las viviendas a poseer, como en un sueño, una revalorización sin fin. ¿Quién podría deshacer esa ilusión? (p. 40)

(Nadie y ademas es un sistema muy intrincado que no se puede doblegar tan fácilmente y son los que menos control tienen de sus posibles movimientos y estratégias para usurpar. Algo que no se dice y se usa términos y entelequias «de nube» (ver lenguaje de los mercados):

La metáfora del incesto: Así, el centro hipertrófico de la crisis se confunde con la turbadora metáfora del incesto. El sistema especulativo, desarrollado hasta el desbordamiento, crea una masa de dinero basura que tratan de neutralizar las autoridades inyectando masas de dinero basura. Dinero obtenido no a través de la misma especulación patológica gemela, igualmente prohibida. Dinero extraído de los fondos públicos para entregarlos perversamente a empresas privadas, o dinero conseguido a través de imprimir más billetes impuros.
(p. 45-46)

La suma de iguales (o las bipolaridades) se consideraba antes una mala solución. […] La nueva globalización, por el contrario, tiene que ver con la consideración de un mundo que avanza no como resultado de la bipolaridad, propia de la era eléctrica, sino a través de la idea de fusión de los contrarios o superposición de lo mismo: de las marcas y sus copias, de las wikipedias y sus enjambres, de la pira de muchísimas basuras urbanas que presionadas destilan luz para las vías urbanas.

La producción desmesurada y extrema, la especulación de la especulación alcanza el punto crítico de la basura explosiva o de la implosión. Una y otra son consecuencias del sistema pervertido, cuya potencia incestuosa lleva a convertir nuestro tiempo en el inicio de otra era.
(p. 46)

El sistema estallaría así en pedazos no como efecto de los sabotajes de una briosa vanguardia obrera, sino como la obra suprema del capital.
El capital se come al capital hasta dejar sin fluido a las fuentes del capital. El sistema se seca como un cuerpo viejo que, perdiendo liquidez, se transforma en suma hojarascas propensas a la cremación. La hoguera de las vanidades, o la vanidad del fuego en la hoguera del capital.
(p. 47)

La desaparición del otro, la ausencia de la alternativa crea un abismo de realidad. (p. 48)

Otro mundo es posible. Y en la red habita su profeta (p. 188)

Los lazos en la red son muy débiles, efectivamente, y si sirven para chatear o difundir informaciones sobre películas o locales de interés, no son, por lo que parece, capaces de involucrar a miles de internautas en algo demasiado serio como sería una acción política.
Ninguno de los casos de la mal llamada «Primavera árabe» de 2011 hubiera sido originado por una rebelión popular contagiada en la red. Esta interpretación que suele hacerse en Occidente respecto a las últimas agitaciones de África y Asia le parece a Gladwell una burda transposición de lo que ha sido el verdadero fenómeno en esos países. Los vínculos de la red tienen su fuerza, pueden ser nuestra fuente de ideas e informaciones. Digamos que internet es muy eficiente para la difusión, la innovación y la colaboración interdisciplinaria, es el perfecto lugar de encuentro para compradores y vendedores, para polemistas y diseñadores, pero esos vínculos raramente llevan a un activismo de alto riesgo (p. 195-196)

Estas seudoorganizaciones se comportan como espasmos, accionan como garantes de la dignidad y, sobre todo, en cuanto «movimientos» espontáneos y heterogéneos, son tan efímeros como las estrellas fugaces. (p. 196)

Masivas manifestaciones de ciudadanos se diluyen después como azucarillos o poco menos. No hay una secuencia suficiente (una mecha continua que no se apaga)tras una manifestación ciudadana, puesto que, por su propia naturaleza, se trata de una explosión que hiere y se acaba. Lo que cuenta es el grado momentáneo de calor, el resplandor, la bomba. La conmoción de la emoción. (p. 196)
(de esto último sacaron tajada los medios tradicionales, siendo informaciones burbujeantes sin conexiones a otros nodos activos y que combinarían para una mayor fuerza. Z. Bauman lo califica el movimiento de «emocional».)
Ver: http://politica.elpais.com/politica/2011/10/17/actualidad/1318808156_278372.html

En suma, todas las críticas que se hagan a los movimientos del 15-M censurando su retrato flou o sus propuestas vaporosas carecen de pertinencia. Estas imágenes sin hormigón son señal de que se juzga  con los códigos ya re-conocidos y no con el conocimiento en formación (p. 199)

La vinculación no es el resultado de un proceso libidinal o de aprendizaje. La necesidad del otro es más fuerte que el hambre y más precoz que la sexualidad. (Lionel Bellenger, 1989).

Sin red no hay comunicación y sin colaboración igualitaria no hay vida. Todos los lamentos que anhelan el regreso de un Jefe son estériles y peligrosas melancolías. Angela Merkel, sin ir más lejos, como líder de Europa es un adefesio ideogramático. Efectivamente, el modelo de la red dibuja un mapa aún extraño y confuso, pero, a día de hoy, nada hay más candente que la propia confusión, la complejidad y la falta de guías. De esta incertidumbre debe nacer la arquitectura, el boceto moral y el altamente emocional de la nueva utopía. (p. 202)

XII. LA EDUCACIÓN MOSAICO
El saber, en fin, no llegará al alumno tan solo por la autoridad del magisterio, sino por la astucia de la empatía y del contagio. Pero transmitir mediante empatía, explorar y aprovechar la proximidad, solo parece al alcance de profesores y jóvenes o de adultos que hayan escuchado y comprendido. Comprendido, además, emocionalmente, puesto, que, de nuevo, en la escuela la emotividad y la proposición intuitiva son principales. (p. 207)

Porque así como la medicina sería mejor que el médico escuchara más al paciente, la enseñanza mejoraría si el profesor escuchara más al paciente, la enseñanza mejoraría si el profesor escuchara al alumno mucho más atentamente (Nota: también fundamental mayor flexibilidad y libertad curricular). Muy pronto estas ecuaciones serán tan obvias que ni siquiera se mencionarán, pero ahora, cuando todavía se arrastran patrones jerárquicos, la sociedad entiende a medias que el modelo desarrollado en las webs sociales sea ahora el paradigma (paradigmas o marcos de actuación que están en total cambio. No se debe aferrar a un marco de actuación, sino a estadios emergentes y patrones de comportamiento que varían dependiendo del contexto) (p. 208)
El paradigma de una intelección en mosaico donde se combina el saber de muchos agentes sin la batuta autoritaria anterior. La enseñanza, como la medicina, como la política, será una mixtura formada por muchos paisanos, paisanos «apaisados» (se diluye el concepto profesor entre los muchos agentes para el aprendizaje). Será esto o no será, porque ya los anacronismos saltan a la vista y dejan ciegos. (p. 208)

Pero, además de innovaciones meteorológicas, los contenidos tradicionales deben formar un currículo en el que se enseñe a tratar con el éxito y el fracaso, la adversidad o la muerte, la traición y el honor. Se debe enseñar honradez y bondad, se debe invitar a ser cabal y a tener palabra, el valor de ser comprensivo y empático. (p. 212)

Significativamente, entre los países que han prosperado mejor en los últimos 15 años destacan aquellos que mantuvieron o introdujeron programas educativos con contenidos tanto técnicos como artísticos, un tutti frutti cada vez más ambicioso y misceláneo (p. 213)
Ver noticia: www.yorokobu.es/google-contratara-a-mas-de-4-000-humanistas-en-los-proximos-anos/

Interesarse por casi cualquier cosa procura una multiplicación de la vida; la falta de interés por muchas cosas lleva a la falta de interés por la vida.(p. 213)

Mientras la educación curricular languidece por todas partes, se acentúa la necesidad de discurrir mejor sobre las circunstancias, y no solamente desarrollando la razón, sino la emoción y sus pulsiones intuitivas. (p. 214)

La revolución de los datos sociales: una nueva ciencia para interpretar los comportamientos sociales

El libro «Pulse: The New Science of Harnessing Internet Buzz to Track Threats and Opportunities» de Douglas W. Hubbard (anteriormente había publicado otro de gran interés y que no he tenido ocasión de leer. Se titula «How to Measure Anything: Finding the Value of Intangibles in Business«) describe y analiza un nuevo panorama de la ciencia por la capacidad que se tiene de generar análisis de esas huellas digitales. El le llama Pulse. También en la enseñanza tendrá una capacidad disruptiva y de ser un «trigger» (como disparador) para el cambio. Un libro recomendado y que pongo algunas de los párrafos con los que abren el Capítulo 1 «An Emerging Science: What is this new thing?». Esta ciencia emergente que analiza los datos de manera transparente y con la capacidad de poder visualizarlos en tiempo real. Una nueva era para la medición y predicción de la sociedad.

La primera mitad del siglo XXI está viendo el surgimiento de un nuevo tipo de instrumentos científicos que permitan medir las tendencias más importantes en la sociedad. Más personas pasan más tiempo haciendo más cosas en línea y al hacerlo, dejan tras de sí un gran registro digital. Mediante la combinación de esas «huellas digitales» tanto sociólogos como psicólogos, economistas e incluso los médicos están aprendiendo a medir los aspectos de nuestra sociedad que de otra manera sería prácticamente invisible. El análisis de estas huellas digitales generará nuevos descubrimientos en todos los ámbitos de la investigación. El volumen de esos datos será detectar nuevos patrones en los mercados, en la opinión pública e incluso la salud y la seguridad.

Datos disponibles al público acerca de la frecuencia de determinadas búsquedas en Google se han utilizado para rastrear los brotes de gripe, la confianza de los consumidores o el niveles de desempleo más rápido que las autoridades del gobierno son capaces de hacerlo. El análisis de millones de «tweets» en Twitter se han utilizado para predecir la popularidad de una película, las aprobación calificaciones de las presidenciales a nivel político e incluso los movimientos del mercado de valores y la bolsa. Anuncios en sitios como Craigslist se correlacionan con las ejecuciones hipotecarias y el desempleo. Los datos recogidos de forma pasiva en los teléfonos móviles pueden ser utilizados para rastrear patrones de tráfico, enfermedades, e incluso daños después de un terremoto. Y esto es sólo el principio.

En educación a la hora de establecer metodologías cuya base es la red (Networked Learning) y establecidas en ecosistemas abiertos generan multitud de tráfico y acciones interactivas sin una delimitación clara (veáse MOOC). En estos casos hacer la evaluación del propio aprendizaje de los estudiantes es tarea ingente, o, metafóricamente, matar elefantes con un matamoscas.

Por eso creo que es revolucionario y disruptivo con respecto a la concepciones de medida anteriores. Esto es un hecho más potente y disruptivo de lo que fue para la educación la web social. El problema es que vivimos en un constante devenir de formas disruptivas. Por esto, algunos autores le han llamado “la revolución de los datos sociales (Social data revolution)

Por eso, incluso los científicos más reservados describen este fenómeno como una revolución en el estudio de la humanidad y en la previsión de la conducta humana. Estas herramientas cambiará fundamentalmente la forma en que los insights serán encontrados entre el análisis de esos datos cruzados. En última instancia, esta nueva fuente de datos (datos inteligentes + sensores + tiempo real) influirá en cómo algunas de las decisiones más importantes son tomadas por individuos, empresas y gobiernos.

En la crisis actual, por ejemplo hay las suficientes “señales” (palabra clave para esta era de los datos) como para ver que deben producirse cambios reales y disruptivos para que no sea una hecatombe.

Sólo recientemente los investigadores han ido descubriendo la manera de seguir las tendencias económicas, los brotes de gripe y la opinión pública mediante el uso de los datos a disposición del público por una cantidad ingente de usuarios de Internet y de telefonía móvil. Estas huellas digitales dejadas por los pueblos del mundo, ya que utilizan la Internet y los teléfonos móviles para interactuar por Internet, buscar información,

conectarse con otras personas y jugar en línea. Este conjunto de datos es lo que le llaman los “big data”. Es la primera oportunidad para que muchas de las ciencias sociales para trabajar con una cantidad de estadísticas detalladas que rivaliza e incluso supera los conjuntos de datos de, por ejemplo, la física de partículas o la astronomía.

Al igual que el pronóstico del tiempo se hace más preciso con mayor número de sensores, así los equipos de computación y análisis han mejorado, por eso los pronósticos del «clima» de la sociedad será de corte científico.

La analogía con el mapa del tiempo funciona a varios niveles. El valor real de los mapas del tiempo no está en ver los patrones climáticos, sino las posibles «tendencias». Por eso, cuanto más macroscópico sea la focalización del mapa, más capaces seremos de ver las tendencias. Del mismo modo, muchas de las amenazas a las que nos estamos enfrentando en este siglo como son el terrorismo, el caos financiero, las epidemias, podrían ser mejor vistas (sus insights) de antemano si tuviéramos una especie de mapa del tiempo a nivel macro de la sociedad.

Observaciones individuales acerca de dónde vive alguien o la salida de una pequeña empresa no suele decir casi nada sobre las grandes tendencias. No se puede ver el tamaño y la forma de una tormenta al examinar unas gotas de lluvia, de manera similar, usted no puede ver grandes cambios en la economía o la sociedad por buscar sólo en sus otros vecinos o compañeros de trabajo. Sin embargo, un gran número de estos puntos de datos pueden mostrarnos los patrones a gran escala.

El Internet se ha utilizado para grandes oportunidades de negocio, como un depósito de todo conocimiento humano, como el medio de la colaboración de todo el

mundo y como la mejor herramienta del diálogo público. Sin embargo, vemos que hay un deficit en la propia Internet, ya que es casi totalmente subutilizada como un instrumento de medición de la sociedad. El principal método de seguimiento de las grandes tendencias en la sociedad sigue siendo el estudio y, en el caso de los negocios, el sistema de informes financieros. Negocios y gobiernos a entender la importancia de la utilización de estas encuestas tradicionales para informar a las estrategias críticas. En 2002, el Gobierno de los EE.UU. era el único gasto de más de $4 mil millones por año en las encuestas para medir la economía y otros aspectos de la sociedad. El sector comercial se gasto alrededor de $15 mil millones por año en el mismo.

Los métodos tradicionales de encuestas implican estudia cuidadosamente diseñado que permite un análisis estadístico sencillo. Desafortunadamente, son costosos, lentos, y aún con las metodologías, a menudo riguroso no captan lo que está sucediendo realmente. Ellos están plagadas de las tasas de respuesta pequeños, y en algunos casos lo que se dice en las encuestas tiene poco que ver con la realidad. Estos métodos suelen tardar semanas o meses para que el informe se termine, muchas veces esto es mucho después de que los datos hubieran sido útiles.

Internet es ya en muchos órdenes de magnitud más grande que todos los datos recopilados por los gobiernos y las empresas que utilizan las encuestas tradicionales.

La red social Facebook procesa por día 25 terabytes de datos. Esto es aproximadamente 1.000 veces la cantidad de datos por correo electrónico de EE.UU. La encuesta más grande del mundo-Censo de los EE.UU. produce menor cantidad de datos que esta en una década. En 2010, el servicio de microblogging de Twitter dio a la Biblioteca del Congreso 167 terabytes de datos que representan más de 6 mil millones de «tweets». Y estas fuentes aún sólo forman parte de los datos digitales públicamente visibles que dejamos atrás.

Los datos de Internet son, por supuesto, no estructurados y en algunos aspectos más difíciles de analizar que una encuesta especialmente diseñada para evaluar determinado comportamiento. Afortunadamente, los nuevos métodos para el análisis de estos datos científicos están evolucionando, incluso cuando el volumen de datos continúa creciendo a un ritmo endiablado. El registro digital de carácter colectivo y de datos interaccionados para ver nuestro comportamiento ha crecido hasta un punto en que puede reflejar algo útil acerca de los usuarios del sistema. Ahora podemos ver el equivalente del mapa del tiempo que depara la opinión pública (trend topics), la economía, nuestra salud y nuestras ansiedades.

Por todo ello, el autor intenta ponerle nombre a esta ciencia en proceso emergente. Habla de análisis de datos sociales, de cibersociología, de huella digital, de psicohistoria (retomando el concepto de Isaac Asimov), pero el que más le convence (por lo llamativo del término) es el de «La revolución de los datos sociales» [slides y web]. Por todo ello, podemos definirlo el término revolución social de Datos (RSD) como el cambio en los patrones de la comunicación humana (en la que conjugan en la comunicación virtual. Podemos decir que por primera vez en la historia la comunicación puede ser de «todos a todos») hacia un mayor intercambio de información personal y sus implicaciones relacionadas, hecha posible por el auge de las redes sociales en la primera década de este siglo. Mientras que las redes sociales se utilizaron en los primeros días para compartir fotos en privado y mensajes privados, la tendencia posterior de la gente es el intercambio de información personal de manera más amplia se ha traducido en cantidades sin precedentes de información pública. Y esto mezclado con la geolocalización hace posible nueva evolución en la generación de redes sociales.

Esta fuente de datos de gran tamaño y actualizada con frecuencia se ha descrito como un nuevo tipo de instrumento científico de las ciencias sociales. Varios investigadores independientes han utilizado los datos sociales para hacer un «nowcast» (como si se tratara de una predicción meteorológica a corto plazo, pero aquí es en lo social, con la amalgama de datos del contexto que queremos analizar) y prever las tendencias tales como el desempleo, los brotes de gripe, los gastos de viajes y opiniones políticas de una manera mucho más rápida, más precisa y más baratos que los informes estándar del gobierno o las encuestas de Gallup, por ejemplo.

En este vídeo da las claves de lo entiende por «Social Data Revolution» (actualizado):

La muerte del intelectual tal como lo conocemos según Nicholas Carr

Superficiales ncarr
¿Qué tipo de intelectuales implican las redes sociales e Internet, en sentido amplio? Es cierto o es polémico lo que describe Nicholas Carr en libro «Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? » y nuestra generación que se encuentra entre dos aguas creo que estamos viviendo el proceso de transformación en nuestras propias carnes. Lo que es cierto es que como toda herramienta tecnológica que opera en el ámbito cognitivo hace florecer unas habilidades y competencias y desaparecen otras o se convierten estas en mínimos. La neuroplasticidad de nuestro cerebro hace que esto no sea un hecho irreversible en nuestras conexiones sinápticas. Aquí va la referencia de N Carr:

Dada la plasticidad de nuestro cerebro, sabemos que nuestros hábitos online continúan reverberando en el funcionamiento de nuestras sinapsis cuando no estamos online. Podemos suponer que los circuitos neuronales dedicados a explorar, filtrar y realizar múltiples tareas se están ampliando y fortaleciendo, mientras que los que utilizan para leer y pensar profundamente, con una concentración sostenida, se debilitan o erosionan. En 2009 investigadores de la Universidad de Stanford encontraron indicios de que este cambio pueda estar ya en marcha. Le dieron una batería de test cognitivos a un grupo de usuarios habituales de la multitarea, así como a otro grupo de usuarios multitarea comparativamente esporádicos. Encontraron que los usuarios multitarea habituales se dejaban distraer mucho más fácilmente por «estímulos irrelevantes del entorno», tenían un control significativamente menor sobre el contenido de su memoria de trabajo y, en general, eran mucho menos capaces de mantener concentración en una tarea concreta. Mientras que los usuarios multitarea infrecuentes demostraron un control relativamente fuerte «de la atención de arriba abajo», los habituales demostraron «una mayor tendencia al controlar su atención de abajo arriba», lo cual sugería que «podrían estar sacrificando el rendimiento en la tarea primaria para dar cabida a otras fuentes de información». Los usuarios multitarea intensiva son «pastos de irrelevancia», comentó Clifford Nass, catedrático de Standford que dirigió la investigación[…]. Michael Merzenich ofrece una evaluación aún más sombría. Al realizar simultáneamente varias tareas online, dice, «entrenamos nuestros cerebros para que presten atención a tonterías». Las consecuencias para nuestra vida intelectual puede demostrarse funestas.

Las funciones mentales que están perdiendo la «batalla neuronal por la supervivencia de las más ocupadas» son aquellas que fomentan el pensamiento tranquilo, lineal, las que utilizamos al atravesar una narración extensa o un argumento elaborado, aquellas a las que recurrimos cuando reflexionamos sobre nuestras experiencias o contemplamos un fenómeno externo o interno. Las ganadoras son aquellas funciones que nos ayudan a localizar, clasificar y evaluar rápidamente fragmentos de información dispares en forma de contenido, las que nos permiten mantener nuestra orientación mental mientras nos bombardean los estímulos. Estas funciones son, no por casualidad, muy similares a las realizadas por los ordenadores, que están programados para la transferencia a alta velocidad de datos dentro y fuera de la memoria. Una vez más, parece que estamos adoptando en nosotros mismos las características de una tecnología intelectual novedosa y popular. […]
La Red nos ofrece un acceso instantáneo a una biblioteca de información sin precedentes por su tamaño y alcance, y nos facilita su ordenamiento: encontrar, si no exactamente lo que estábamos buscando, por lo menos algo suficiente para nuestros propósitos inmediatos. Lo que la Red disminuye es el primer tipo de conocimiento al que aludía Johnson: la capacidad de conocer en profundidad una materia por nosotros mismos, construir con nuestra propia mente el rico y peculiar conjunto de conexiones que alumbran una inteligencia singular.

(p. 174-176)

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