Reflexiones sobre ecologías y espacios del aprendizaje, análisis del aprendizaje y análisis de redes sociales, visualización de datos, Big Data y otros temas emergentes

Difusión de un panfleto antipedágogico (con autorización de Moreno Castillo)

Panfleto antipedagógico es una colección de enlaces a interesantísimos artículos del profesor de matemáticas Ricardo Moreno Castillo, con Texto completo en PDF.

Profesor en clase

Cuanto más me sumerjo en el mundo educativo, más de acuerdo estoy con todo lo que dice Ricardo, lo que pasa es que como mi formación pedagógica es autodidacta no me atrevía a decir muy en alto lo que él dice. Siempre estuve convencido de que los profesores tienen mucho de artistas. Igual que los artistas: los buenos «enganchan» a la audiencia. Creo en la formación artística igual que en la formación docente. Pero a partir de unas características del discente. No todo el mundo tiene madera de artista. No todo el mundo tiene madera de profesor.
En el Panfleto antipedagógico, Ricardo aborda los temas:

  • Introducción
  • Defensa de la memoria y de los contenidos
  • La mentira de la motivación
  • La falacia de la igualdad
  • La falsedad de la enseñanza obligatoria
  • Las buenas intenciones
  • La buena educación
  • Por qué se debe estudiar filosofía
  • Por qué no se debe estudiar religión en la escuela pública
  • La enseñanza participativa
  • La formación del profesorado

No tiene desperdicio. Para muestra, mirad el último párrafo:

Enseñar se parece más a un arte que a una ciencia, y si bien un compañero más veterano puede indicarte algunos de los errores más habituales en un profesor, el resto depende de la afición del profesor por el saber que se pretende transmitir, de la capacidad de ser claro y ordenado en la exposición, de la de hacerse respetar por los alumnos y comunicar con ellos. Para quien carece de estas habilidades los cursos de formación pedagógica son inútiles, para quien las tiene son superfluos.

[Vía El profesor Paco también habla de este tema, lo que es una garantía de que el Panfleto es de interés.]

About the author

Fernando Santamaría González Soy un investigador y formador en espacios online. Trabajando e investigando en temas de aprendizaje emergente.

6 comentarios

  1. Chiti

    ¡Estos profesores de matemáticas! ¿Estarán un poco pasados? Digo, «estaremos», porque yo también lo soy. Me encantó tu artículo y también el texto de Ricardo. Le veo un defecto, quiero decir, una opinión que no comparto. Se la disculpo a Ricar porque igual que muchos matemáticos (en los que me incluyo) a veces nos cuesta ver los grises. Igual es porque funcionamos en lógica binaria. Entre que los cursos de formación sean inútiles/superfluos hay intermedios. Y también entre tener y no tener habilidades. Yo creo que se tienen en un grado.

  2. Vicente Sánchez

    Me parece que el diagnóstico esta bien realizado en el pdf, pero que alguna de las soluciones propuestas para los que no quieren estudiar sea la fp, como medio de conseguir una inserción en el ámbito laboral ventajosa, es tan falsa como peligrosa. Los estudios de formación profesional, a los que me dedico como profesor, necesitan de gente con una preparación inicial de un nivel alto. No se van a conseguir buenos trabajadores llenando las aulas y los talleres de fp con estudiantes que no quieren estudiar (da lo mismo el qué); es una experiencia que ya hemos vivido los que nos dedicamos a esto de la enseñanza profesional. Recuerdo que hace no muchos años, de los alumnos matriculados en FP1 pasaban muy pocos a los estudios de FP2; supongo que no pasaban esos a los que según el autor del panfleto se les debería orientar por este tipo de estudios. Los problemas que se pueden plantear en la actualidad en las aulas de ESO y Bachillerato con los alumnos que no quieren, son los que se planteaban en las aulas taller de la FP1: alto fracaso escolar, abandono, indisciplina, etc. en definitiva, de alli salían alumnos sin ninguna formación académica y sin ninguna cualificación profesional. Además de esto contribuían a rebajar el nivel de enseñanza de los compañeros que sí querían estudiar (que los había, aunque no lo parezca). Con los actuales estudios de FP (ciclos formativos) se ha conseguido, o se está en proceso (laborioso) de conseguir que los estudios profesionales no se consideren como el sustitutivo de los estudios de bachillerato para los alumnos que no lo quieren estudiar y, en general, se estan formando muy buenos profesionales (aunque para ello los alumnos que se matriculan lo hacen de manera libre y con un nivel de estudios suficiente para el desarrollo correcto de los programas)
    La FP no puede plantearse como el aparcamiento de los que no quieren estudiar para solucionar un problema de indisciplina en las aulas de bachillerato, eso sería mover el problema, no solucionarlo; es injusto para los que quieren estudiar FP, es injusto para los empresarios que demandan unas cualificaciones profesionales altas y es injusto para los docentes que trabajamos en estos estudios, ya que se nos convierte definitivamente en vigilantes de guardería.
    en vicentesanchez.blogia.com se hace una crítica al apartado «LA FALSEDAD DE LA ENSEÑANZA OBLIGATORIA»

  3. A. Yllanes

    La totalidad del «Pamfleto» está plagada de magníficas ideas, com pocas de las cosas que se escriben en él puede estar uno en desacuerdo, la redacción es clara y medida.
    Como maestro recien jubilado, felicito al autor, pero sobre todo me ha gustado el enfoque que da al estudio de la religión. Para abundar en este tema aconsejo leer «Tratado de ateología» de Michel Onfray.

  4. Un diseñador LOGSE

    Este tipo, Ricardo Moreno, está muy, pero que muy cabreado. Y con razón, porque la actitud de los discentes en las aulas es absolutamente insostenible. Pero a mi entender se equivoca en las causas. Las causas no están en el aula sino en esta puta sociedad y sus valores materialistas. La educación de un niño no se centra sólo en la escuela. Yo diría que la escuela incide de una forma muy pequeña en este asunto. ¿Por qué no se dedica a analizar la influencia que tienen sobre las criaturas las películas y los programas infames de la tele (ejemplos: «Operación Triunfo», «Al salir de clase», «Aquí no hay quien viva», «Gran hermano» y etcétera) o las pautas de comportamiento que las personas mayores les «regalamos» a los chicos (en esto no quiero poner ejemplos. Dejo que cada uno haga examen de conciencia. Junto a la condena del botellón, la mayoría de los hogares tienen padres y madres que apuntillan sus cenas con un par de güiskis tras la cerveza y las dos o tres copas de rioja o ribera. ¡No me digas que no!).
    Vayamos ahora a las tonterías que larga el profe de matemáticas (tonterías que, por otra parte, le han servido para hacerse famoso en el gremio y para vender una cantidad nada desdeñable de librejos). Veamos. El tío, tras poner citas, descalificándolos con una ironía contextual, de una serie de pedagogos indudablemente valiosos, ataca conceptos como los de la motivación en la enseñanza o la crítica de la memorización por la memorización (que de eso se trata) o el acercamiento afectivo entre el profesor y el alumno. Tal vez el señor Ricardo Moreno tenga razón en el sentido de que estos conceptos se han malinterpretado por parte de los docentes. Pero no en otro. Si la Logse, de la que fui partícipe y diseñador, los puso en primera línea de batalla, era porque esos asuntos estaban minando la enseñanza y vaciandola de sus verdaderos contenidos. Sólo pondré un ejemplo. Tal vez haya entre los lectores alguien educado en los años sesenta. ¿Quien no recuerda cómo se nos obligaba a aprender listas de fechas y nombres de autores y obras literarias mientras que no leíamos ni una de ellas? Todavía, al día de hoy, me queda por saber el sentido de «La regla de rufini» (¿qué puñetas es eso?) que tuve que aprender a ejecutar para aprobar matemáticas. ¡Venga, venga, señor Moreno, baje la guardia de su cabreo y ahora de su ambicioncilla y dedíquese a colaborar para remediar de verdad la problemática que hay en la enseñanza y que en ningún modo se debe a la LOGSE, que, en todo caso, llegó tarde o no supo hacerlo. Pero no por los planteamientos teóricos, sino porque no contó con las fieras que la rodean, de las que usted, a poco que no rectifique, estará ya formando parte.
    Saludos cordiales de un compañero.

  5. Ricardo Aguado-Muñoz Prada

    Querido tocayo y colega : He leído tu artículo en El País y te doy las gracias por la manera tan clara de expresar lo que muchísimos profesores pensamos. ¡Qué contraste más bueno con el de Marchesi!

  6. Inés Castellanos

    En el panfleto hay verdades que estoy dispuesta a salir a la calle a apoyar, no hay escuela sin respeto, ni aprendizaje sin trabajo. Los alumnos de 12 años están ya en un punto tan divergente(no sólo por sus intereses y trabajo) que hay que darles distintas respuestas educativas con claras diferencias (como a sus pies entre el 35 y el 45).
    La escuela tiene que se laica (yo soy cristiana) pero incluir en su currículo la mitología cristiana para entender el arte y la cultura occidental. Dentro de los teóricos de la educación hay una excesiva tendencia a los tecnicismos huecos y un profundo desprecio a las soluciones prácticas.
    Sin embargo, la motivación es como la aspirina, no cura la gripe, pero la hace más llevadera y no sustituye al trabajo, le da un sentido. Una buena metodología mejora la enseñanza y hay que actualizarla constantemente, hay cursillos muy buenos. En las escuelas «coránicas» se forjan y forjaron grandes sabios (ver «Leon el africano»). También se cura la gangrena cortando la pierna sin anestesia, y sólo con la anestesia el paciente muere.
    Los compañeros del equipo de orientación hacen una labor magnífica, el sordo ya no es tonto y el futuro abogado pronunciará la erre.
    Más de 30 años de experiencia y seguir siendo estudiante, (estoy desarrollando una tesis sobre METODOLOGÍA de las Matemáticas y haciendo un curso de SPSS), me llevan a estas creencias.

Deja un comentario