Una sociedad que tiene una superlativa información en su ecosistema tecno-ambiental, que opera en tiempo real y es instantánea no le queda otra otra que las grandes plataformas (planetarias) y cuya estructura/elemento de análisis sea el flujo.
Elemento clave y dinámica, en el que cada décima de segundo es distinto del otro, donde se pueden hacer retratos de un momento determinado, cámara lenta de flujos microscópicos en el que se descubre la aspectos hasta ahora no vistos (las interacciones en los sitios de redes sociales con técnicas analíticas y técnicas de descubrir aspectos por visualización de datos), la creación a partir de distintos espacios tiempo de flujo para recomponerlo de otra manera, explorando desde perspectivas macroscópicas o microscópicas. Deslocalizando en formas de microcopias.
Ese flujo va lleno de datos, marcadores temporales/espaciales (code/spaces) y medios.
Esto es otra cosa, nada que ver con la Teoría del flujo de Mihály Csiksgentmihalyi, ni con las medidas de flujo, ni con los movimientos migratorios y de ciudadanos, ni….
Es el flujo de nuestros entornos tecno-sociales que marcan una manera nueva de investigar y de “analizar” lo que vemos y hacemos. Aspectos y focalizaciones multimétodo y polivalente, de carácter global. [Que hable Lev Manovich]
Querer atrapar el flujo es osado muchas veces. Se nos escapa entre las manos. Seguimos en una sociedad líquida.
Los algoritmos y sus formas de aprendizaje máquina lo hacen más fácil. Aunque “lo que somos capaces de recopilar y procesar siempre será una fracción minúscula de la información que existe en el mundo.” (Big Data: la revolución de los datos masivos (Cita de Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth Cukier (2013)).
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¿Es el principio de un libro-flujo?.
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