Parto de los dos paradigmas de educación universitaria más conocidos (a veces mezclados o remixados), como son la Universidad a distancia y la universidad presencial, y dentro de unos cánones e historia de años atrás, pero me propongo ir más allá (ya que estamos en período de nuevos propósitos) y proponer una universidad de estructuras sin demarcaciones: flexible, abierta y más personalizadas (adecuándonos a los ritmos diferenciadores de los estudiantes). Ésta es una «network university» (término sacado de la manga como universidad en red-ada) dentro de los paradigmas emergentes de la construcción del conocimientos por grupos, y en un mayor recorrido por comunidades de manera fluida y propia de los intereses del estudiante y sus conexiones.

Reiventemos la universidad
El problema son las estructuras que siglo tras siglo se han ido imponiendo y delegando en acreditaciones y títulos, que son los que sirven o son más válidas para desempeñar un puesto de trabajo. La continuación entre estructuras de poder en educación/universidad y empresa son de gran impulso actualmente y como sostén para mantener una universidad elitista.

En una nueva universidad el contenido está devaluado
Las conexiones, artefactos y conversaciones/reflexiones son un punto importante en la validez de los procesos.
La plataformas virtuales de aprendizaje son «cárceles» para muchos estudiantes actuales.
Cuando las titulaciones y certificaciones sean delegados a otras empresas de carácter nacional (y haya competencia) las competencias y habilidades de un estudiante (curioso de la vida o área de conocimiento) serán más factibles dentro de esta emergente universidad sin barreras, muros, ni planes, ni rector, ni…..
Las instituciones educativas son como un cuello de botella, de lo mas explícito en el gráfico del blog Education for Well-being (ed4wb.org de donde he extraído el gráfico) que genera una dispersión de ideas y un aprisionamiento de la que creemos que es pura innovación, no la palabra que aparece por todas las instituciones educativas dentro del organigramas contemporáneos, es puro bluff. Este gráfico es un ejemplo
de aquello en lo que se ha convertido las instituciones en los procesos innovadores de los más jóvenes. Los flujos de comunicación, innovación e interconexiones están fuera de la estructura institucional.
Hemos avanzado en que la botella, hasta hace años atrás, estaba boca abajo delimitando bien el territorio, ahora por lo menos está ladeada dejando escapar comunicaciones e interconexiones que darían o darán paso a estructuras más abiertas y fructíferas en una sociedad red.

Cuello de botella en Ed4wb.org

Lo importante sería romper la botella para que la contaminación exterior dejará paso a los «bárbaros» en su aterrizaje en el campo de la educación.
Difícil situación cuando se va perdiendo factibilidad en la industria del curso/industria del conocimiento. Aferrándose como clavo ardiendo a lobbys y titulaciones que no abarcan para nada un currículum actual, cambiante y desestructurado/transversal.
No interesa esta universidad. Los factores que influyen en que esto siga así son muchos. Políticamente se hablará de esto, de la universidad 2.0, (se «barnizará» de lo 2.0 o de la sociedad red en universidades) pero nunca serán estructuras innovadoras en ese campo, ya que las contradicciones e incompatibilidades y áreas de poder nunca dejarán pasar estas nuevas estructuras de poder heterárquicas en una network university.
El económico sería otro factor desequilibrante. Se puede «estudiar» a coste cero, gratis (siguiendo los pasos de Chris Anderson con el todogratis o del curso de conectivismo de G. Siemens y S. Downes como un «Massive Open Online Course» (MOOC)).
Clay Shirky en «The Power of Organizing Without Organizations» dice:
Debido a los gastos generales de gestión, los grandes grupos pueden estancarse, y cuando los costos de transacción son demasiado caros para la gestión dentro de una misma organización [dilema institucional], los mercados superan a las empresas (y en general la gestión central). Veáse Enseñanza Superior.
El personal humano (profesores) deberían reconvertirse si no quieren perecer como nodos aislados, regentando «su» conocimiento. La reconversión asoma como brutal. Sobrevivirían las personas adaptables, rápidas en reflejos en red, dinamizadores, «iluminadores» y constructores de espacios virtuales (la palabra virtual es muy ambigua y debe tener otro significado que haga entender ese concepto más metodológico/arquitectónico).

Y hasta aquí reflexiones desordenadas y de manera rápida en este periodo vacacional. Cómo encajar todo esto en la estructura universitaria actual es otro cantar. Pero bueno, hoy es el día de los Santos Inocentes, y toda ilusión está permitida.