Es una de las pedagogías emergentes en los desarrollos educativos globales vinculados con la colaboración entre pares. Utilizamos el término pairagogía para caracterizar el estudio crítico y la práctica del aprendizaje entre iguales (del inglés peeragogy, formado por peer “par, compañero” y -gogía “conducir o guiar”). Este concepto adapta la tradición de la pedagogía y la andragogía a un contexto en el que las y los aprendices construyen conocimiento de manera horizontal y compartida.

De acuerdo con J. Philipp Schmidt, director ejecutivo de la Universidad Peer–2-Peer (P2PU), el aprendizaje suele situarse en el corazón de los procesos de creación colectiva entre iguales. En P2PU se ha desarrollado y aplicado este marco de la pairagogía dentro de sus cursos, donde quienes participan asumen roles de facilitadores y co-creadores.

Por su parte, Howard Rheingold propuso el término peeragogy como un juego de palabras más preciso (de peer “por pares” y -gogy “llevar o conducir”). Una traducción funcional al español podría ser pedagogía de pares, en tanto subraya la centralidad de la colaboración entre personas en igualdad de condiciones.

Si bien el aprendizaje entre iguales ha sido objeto de estudios desde diversas perspectivas, a menudo ha tenido un papel secundario en los marcos pedagógicos tradicionales. No obstante, puede definirse como una práctica educativa en la que las y los estudiantes interactúan con otros para alcanzar objetivos comunes, compartiendo conocimientos y responsabilidades en un plano horizontal.

Más allá del ámbito escolar, el crecimiento de oportunidades de aprendizaje fuera de las instituciones formales ha fortalecido la pairagogía como enfoque. Un artículo de la revista Fast Company lo ilustraba claramente: así como se espera que los empleados cuenten con competencias digitales básicas —escribir un blog, crear contenidos multimedia o compartir información en línea—, también se espera que puedan compartir conocimientos con sus colegas. De este modo, el aprendizaje entre pares se produce tanto en contextos educativos como no educativos, con fines productivos y formativos.

En los últimos años, el énfasis en el aprendizaje informal en el lugar de trabajo ha propiciado la consolidación de espacios abiertos en línea, organizados bajo principios del procomún y orientados a responder a las necesidades de las y los aprendices en red.

CAMBIOS

Nos acercamos al aprendizaje entre iguales con una convicción compartida: todas las personas sabemos, en mayor o menor medida, cómo hacerlo, aunque no siempre lo llevamos a cabo de forma adecuada. Intuitivamente, es probable que surjan dificultades cuando un grupo de compañeros estudia un tema de manera conjunta fuera del aula tradicional o sin la guía de un docente.

El aprendizaje entre pares es distinto de otras formas de trabajo colectivo. Un ejemplo clásico es la construcción comunitaria de un granero (barnraising), donde se asume que las personas participantes saben cómo hacerlo —o, al menos, conocen a alguien con experiencia dispuesto a dar instrucciones y coordinar el proceso. En contraste, los pares que aprenden juntos no suelen ser expertos ni en pedagogía, ni en didáctica, ni necesariamente en el tema que abordan. Por ello, se enfrentan a múltiples retos: reunir y organizar conocimientos, definir una estrategia de aprendizaje adecuada y establecer formas eficaces de comunicación entre ellos.

Como señala la documentación del proyecto Paragogy.net (Red Flags Green Lights), es fundamental distinguir y, al mismo tiempo, reconocer la confluencia entre producción por pares y aprendizaje por pares. Ambos procesos se entrelazan y se potencian mutuamente en la práctica colaborativa.

INFLUENCIAS DE OTRAS TEORÍAS Y FRAMEWORKS

Veamos algunas de las principales influencias teóricas y marcos de referencia en el desarrollo de la pedagogía de pares:

  • Comunidades de práctica: inspiradas en los estudios de Etienne Wenger sobre la construcción conjunta del conocimiento, que han marcado profundamente las teorías colaborativas posteriores.

  • Método socrático del aprendizaje: una práctica dialógica que fomenta la reflexión crítica y la participación activa entre iguales.

  • Educación como experiencia: propuesta por John Dewey, quien concibe la educación como un proceso activo y constructivo en el que la experiencia compartida es clave.

  • Teoría constructivista: desde la perspectiva de Lev Vygotsky (Pensamiento y lenguaje), se resalta que las y los estudiantes aprenden mejor mediante la colaboración entre pares que de manera estrictamente individual.

  • Cognición distribuida: formulada por Edwin Hutchins, plantea que los recursos cognitivos pueden compartirse socialmente, ampliando las capacidades individuales y posibilitando logros que no serían alcanzables por una sola persona. Este enfoque también reconoce la distribución de los procesos cognitivos entre seres humanos y artefactos tecnológicos.

  • Pedagogía crítica: con Paulo Freire como referente, se centra en la relación dialógica, la emancipación y la construcción colectiva de significados.

  • Universidad Peer-to-Peer (P2PU): como espacio práctico y experimental en el que se han desarrollado iniciativas de aprendizaje entre iguales a escala global.

LOS CINCO PRINCIPIOS DE LA PARAGOGÍA

Se han identificado cinco principios que buscan tanto describir la eficacia del aprendizaje entre iguales como prescribir los aspectos clave de sus mejores prácticas:

  1. Cambios en el contexto: el aprendizaje entre pares se concibe como un sistema descentralizado, donde el conocimiento se genera y circula en múltiples nodos en lugar de concentrarse en un único centro.

  2. Metalearning como fuente de conocimiento: los participantes no solo aprenden sobre un tema, sino también sobre cómo aprenden. Este enfoque conecta con el campo del learning analytics, que comparte con la pairagogía la atención al análisis y la reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje.

  3. Retroalimentación entre compañeros: las y los pares ofrecen comentarios, perspectivas y sugerencias que no estarían disponibles en entornos de aprendizaje individualizado, enriqueciendo así el proceso educativo.

  4. Carácter distribuido y no lineal del aprendizaje: el conocimiento no sigue trayectorias rígidas, sino que se desarrolla de forma dinámica, similar a los itinerarios curriculares flexibles que permiten avanzar por diferentes rutas según intereses y necesidades.

  5. Del sueño a la acción: el aprendizaje entre iguales promueve la transformación de aspiraciones en logros concretos, invitando a pasar de la intención a la práctica activa.

En conjunto, estos principios no son exclusivos de la pairagogía, pero su formulación ayuda a destacar la relevancia del aprendizaje entre pares y a situarlo en diálogo con la literatura existente sobre pedagogías colaborativas, aprendizaje distribuido y prácticas educativas innovadoras.

RECONOCIENDO LA ANDRAGOGÍA DE MALCOLM KNOWLES

Los principios de la pairagogía se formularon tomando como referencia, aunque también en contraste, con los principios de la andragogía de Malcolm Knowles (participación, flexibilidad y horizontalidad). De forma sucinta, Knowles establece que las personas adultas que aprenden:

  1. Se autodirigen en su proceso de aprendizaje.

  2. Aportan abundante experiencia al contexto educativo.

  3. Acceden a los entornos formativos con disposición para aprender.

  4. Se centran en la resolución de problemas más que en la mera adquisición de contenidos.

  5. Están más motivadas por factores internos que externos.

L. C. Blondy, en su artículo Evaluation and Application of Andragogical Assumptions to the Adult Online Learning Environment, analiza los usos y limitaciones de cada uno de estos principios en entornos virtuales. Por ejemplo, citando a Cheren, señala que, aunque los aprendices adultos manifiestan el deseo de ser autodirigidos, la mayoría carece de una comprensión suficiente de los procesos de aprendizaje para lograrlo sin apoyo. Por ello, requieren guía y estímulo en el camino.

En este sentido, los principios pairagógicos pueden entenderse tanto como una crítica como una reformulación de la andragogía. Mientras que la pedagogía se centra en la enseñanza de los docentes hacia los aprendices, la andragogía adopta la perspectiva del educador de adultos, y la heutagogía pone el acento en el aprendiz autodirigido, la pairagogía se focaliza en los contextos donde los aprendices están activamente involucrados en la co-creación de sus entornos de aprendizaje.

Para formular el primer principio, los impulsores de la pairagogía se basaron en la noción de basho (torneo o “contexto compartido en movimiento”) de Nishida, que enfatiza cómo un contexto restringe o habilita diferentes tipos de interacciones, al tiempo que puede ser reformado colectivamente. En lugar de preguntar si los aprendices son autodirigidos o no, siguiendo a Bingham podríamos afirmar que la autodirección solo adquiere significado dentro de un contexto relacional o campo social. De este modo, tanto este principio como los demás requieren ser continuamente replanteados.

Cabe señalar que la pairagogía no es el único marco para estudiar el aprendizaje entre pares. Otros enfoques relevantes son:

  • El marco de 12 puntos de Marlene Scardamalia en Collective Cognitive Responsibility for the Advancement of Knowledge, que propone “determinantes socio-cognitivos y tecnológicos de la construcción del conocimiento”, articulados en torno a la idea de responsabilidad cognitiva colectiva. Este planteamiento aporta profundidad analítica, aunque puede resultar menos intuitivo.

  • El proceso de 8 pasos de O. Mwanza, derivado de la teoría de la actividad de Yrjö Engeström, que permite mapear una situación dentro del triángulo de la actividad y generar requisitos de diseño. Este método es menos normativo que el de Scardamalia o la pairagogía, pero también más flexible y adaptable.

Al igual que sucede con los trabajos sobre software colaborativo o sobre mejores prácticas en la construcción de comunidades, el diálogo entre estos marcos y la pairagogía enriquece el debate y abre la posibilidad de combinar perspectivas en lugar de contraponerlas.

IMPLEMENTACIÓN DE LA PARAGOGÍA

Según Joseph Corneli y Charles Jeffrey Danoff, surge la cuestión de cómo implementar los principios de la pairagogía. Estos facilitadores de la P2PU adoptaron una estrategia proveniente de los programas de entrenamiento del ejército estadounidense: la Revisión Posterior a la Acción (After Action Review, AAR). Como su nombre indica, este procedimiento se utilizaba para evaluar ejercicios de entrenamiento.

Aunque una persona asumía el rol de evaluador formal (incluso en un contexto militar marcado por jerarquías de rango), la revisión se realizaba entre pares y se enfocaba en analizar las operaciones del grupo como un todo. El proceso de AAR consta de cuatro pasos:

  1. Revisar lo que se suponía que debía ocurrir (los planes de entrenamiento).

  2. Establecer lo que realmente ocurrió.

  3. Determinar qué aspectos fueron correctos o incorrectos en la ejecución.

  4. Identificar cómo se podría realizar la tarea de manera diferente en la próxima ocasión.

El propósito de AAR era “identificar las fortalezas y limitaciones en la planificación, preparación y ejecución de la unidad, y guiar a los líderes para asumir la responsabilidad de las limitaciones y repararlas”. Este planteamiento muestra un claro paralelismo con el ciclo de la investigación-acción en educación.

Sin profundizar aún en este marco, puede afirmarse que los principios pairagógicos funcionan como directrices para diseñar experiencias de aprendizaje entre iguales exitosas. Un ejemplo contemporáneo de ello es la propia P2PU.

El caso de Shaping P2PU evidencia que el compromiso organizador, por sí solo, no garantiza el éxito. Resulta necesario clarificar de forma más explícita los objetivos e intenciones de quienes están altamente implicados en la configuración de la organización, de manera que se genere mayor coherencia y sostenibilidad.

Desde otra perspectiva, la ecología de P2PU contiene una matriz implícita de valoración del aprendizaje y la participación como producción. Desde que una persona se inscribe en un curso hasta su finalización, los participantes atraviesan un ciclo. Comprender mejor ese ciclo permitiría evaluar con mayor precisión la calidad de la experiencia. En consecuencia, P2PU podría establecer puntos de control más formales a lo largo del proceso, invitando a los participantes a especificar, reafirmar o adaptar sus compromisos en función de juicios colectivos sobre la calidad.

Referencias y recursos sobre pairagogía