Uno de los formas de propagación más común a nivel biológico es el contagio, y no sólo en los bostezos. En estudios que se han realizado de redes sociales comentan que una de las reglas principales es el contagio. En el libro Conectados de Nicholas A. Christakis y James H. Fowler. Por ello, la imitación y el meme, en el sentido amplio, impulsa el contagio.Hay que tener cuidado con esta formas y estructuras de propagación ya que infieren en desarrollar acciones y formas inútiles que perpetúan comportamientos. Esto conlleva a el estancamiento en procesos de innovación. Por eso, en organizaciones hay que medir mucho cómo se propaga y cómo se interrelacionan nodos. Otro problema sería la gran cantidad de cliques (camarillas) que se despliegan en los sitios de redes.
Este atributo de las redes concierne al mimetismo p2p. Subconscientemente o de otra manera terminamos imitando lo que hacen nuestros amigos y esta imitación se pasa a otros en la cadena o los cliques (camarillas) o clusters, influenciando a la gente de varios grados de separación alejados de nosotros mismos (se habla de 3 grados de influencia). En educación los estudiantes terminan imitando las conductas de los profesores y de esta manera perpetuando las metodologías.
Esto puede ser la base de la presión para “no ser menos” que los vecinos, con las tendencias de la moda y las presiones para que los niños se mantengan al día con las últimas modas. El psicólogo cultural Michael Tomasello ha descrito la imitación como el agente entre la biología y la cultura. Y es este rasgo lo que últimamente apuntala la importancia de las redes sociales para los responsables políticos. Parecemos querer copiar instintivamente a otras personas y tenemos más probabilidad de copiar las conductas de la gente que vemos y oímos cada día.
La imitación también funciona a nivel organizativo. DiMaggio y Powell consideran que junto con las presiones normativas y coercitivas, las empresas también experimentan presión mimética. Mientras que las presiones normativas influyen en la conducta organizativa aceptable y las presiones coercitivas se ejercen por parte del gobierno central (o generalmente por la parte más poderosa de una relación), las presiones miméticas significan que las organizaciones imitan a otros para la aceptación, estatus y prestigio. DiMaggio y Powell consideran que estas presiones dan lugar a un isomorfismo organizativo creciente a lo largo del tiempo. En otras palabras, las empresas experimentan presiones similares y la colaboración podría “converger”, adoptando lenguaje, prácticas, intereses y conductas similares a lo largo del tiempo.
La naturaleza de las redes a menudo está influenciada por las prácticas y estructuras de las organizaciones de la comunidad. Mario Luis Small (en su libro “Unanticiped Games”) encontró que las redes de personas que se involucran en organizaciones comunitarias dependen de las prácticas y regulaciones de dichas organizaciones, incluyendo protocolos aparentemente triviales. En su estudio de centros de cuidados de niños, Small encontró que, por ejemplo, la forma de llevar a cabo los encuentros, cuán a menudo viajaban al campo, la formalidad del lenguaje, las veces que se recogían o se dejaban a los niños y el grado en que los usuarios del centro eran capaces y animaban a perder el tiempo, influenciaba la disponibilidad del capital social y a menudo eran mecanismos para producir desigualdad social. Así, a través de la imitación, hay un peligro de perpetuar prácticas “inútiles”, particularmente si se desconoce su impacto potencial. Lo problemático de la imitación como contagio, quedando sin consistencia nuevas interrelaciones como agujeros estructurales.
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