En el libro «La tercera revolución industrial» de Jeremy Rifkin nos describe de forma consistente la transformación que estamos ‘sufriendo’ en esta tercera revolución y como están cambiando las reglas del juego. Entre más dure el cambio y los agentes–lobbys no hagan nada para dejar hacer (laissez-faire), las calamidades y miserias de este mundo serán mayores. Nos plantea cinco pilares para su desarrollo (p. 59-62) y el poder lateral en que se está desarrollando a nivel global, viendo los comienzos de una nueva convergencia entre las tecnologías de la comunicación y los novedosos sistemas energéticos, ya en un futuro dice que tendremos un «Internet de la energía». Millones de personas producirán en sus casas energía y en un proceso intermedio de décadas tendremos la capacidad de poder compartir ese flujo energético. Aunque sea un experto en temas energéticos y de temas políticos, también Rifkin nos habla de la educación en este libro y de su aprendizaje lateral. Os dejó un extracto para que entendamos mejor ese concepto (p. 330-336):
Una nueva generación de educadores y educadoras ha empezado a diseccionar y desmantelar los procesos de aprendizaje en el aula que acompañaron a las dos primeras revoluciones industriales, y a reconstituir la experiencia educativa con arreglo a principios dirigidos a estimular un yo ecológico extendido e imbuido de conciencia biosférica. El enfoque docente hasta ahora dominante (el vertical descendente), con el que se ha pretendido crear seres competitivos y autónomos, comienza actualmente a ceder su lugar a una experiencia educativa de corte distribuido y colaborativo con la vista puesta en inculcar el principio de la naturaleza social del conocimiento. La inteligencia, según ese nuevo modo de pensar, no es algo que la persona hereda ni un recurso que esta acumula sin más, sino una experiencia compartida y distribuida entre muchas personas más.
Este nuevo enfoque de la educación es un buen reflejo de la manera en que toda una generación más joven aprende y comparte información, ideas y experiencias en Internet, a traves de espacios de aprendizaje y de sitios de medios y redes sociales de código abierto. La educación distribuida y colaborativa prepara también a la que será la población activa del siglo XXI para una economía de la Tercera Revolución Industrial que funciona conforme a ese mismo conjunto de principios.
Más importante aún es el hecho de que, aprendiendo a pensar y a actuar de forma distribuida y colaborativa, los estudiantes pasan a verse a si mismos como seres empáticos, inmersos en redes de relaciones compartidas, en comunidades crecientemente inclusivas que acaban por hacerse extensivas a la totalidad de la biosfera.
La perspectiva distribuida y colaborativa parte del supuesto de que el aprendizaje siempre es una experiencia profundamente social. Aprendemos por participación.[…].
Los reformadores de la nueva educación hacen especial hincapié en el derribo de muros y en la participación e implicación de alumnos y alumnas de todos los orígenes (de esos «otros» diversos) en unas comunidades de aprendizaje distribuido y colaborativo, tanto en el espacio virtual como en el real.
La proliferación de redes sociales y de formas colaborativas de participación en Internet esta llevando la educación más allá de los confines de las aulas, hacia un entorno de aprendizaje global en el ciberespacio. Los alumnos y las alumnas se conectan hoy en aulas virtuales con iguales suyos geograficamente lejanos a traves de tecnologías como las que proporcionan Yahoo! o Skype. Cuando estudiantes de culturas muy diferentes participan en tareas, ejercicios y trabajos de clase conjuntos en tiempo real a traves del espacio virtual, el aprendizaje se transforma en una experiencia de tipo lateral que se extiende por todo el mundo.
[…] Esa extensión del aula expone a los jovenes a compañeros de cohorte generacional de culturas muy diversas, lo que permite que la sensibilidad empática se expanda y se profundice. La educación deviene así en una experiencia verdaderamente planetaria y esto acelera la transicion hacia la conciencia biosférica.
El ensanchamiento de los entornos de aprendizaje hasta el ambito global a traves del ciberespacio tiene su equivalente tambien en la extension local de esos escenarios educativos por los vecindarios y localidades en los que se ubican los centros escolares. La tradicional barrera que separaba el aula de su barrio o localidad esta empezando a ceder a medida que el aprendizaje adquiere un carácter de ejercicio distribuido que compagina modalidades formales e informales de educacion en espacios sociales más amplios y diversos de la sociedad civil.
En los últimos veinticinco afios, las instituciones de educacion secundaria y superior han ido introduciendo programas de aprendizaje-servicio en sus planes de estudios, un modelo docente colaborativo y profundamente empatico que ha cambiado la experiencia educati- va para millones de jovenes.
Algunos sistemas escolares locales y algunas universidades están elevando el valor del aprendizaje-servicio insertándolo como elemento transversal en el resto de las materias del currículo académico. Hay asignaturas que, sin duda, cobran vida a traves de la participacion directa en la materia en cuestion. Los estudiantes aprenden sociología, ciencia política, psicología, biología, matemáticas, música, arte, literatura y otros temas parecidos tanto en el aula coma mediante su participación directa junto a otros alumnos y alumnas en labores de servicio para la comunidad.
Qué entiende Jeremy Rifkin por aprendizaje lateral
La educación distribuida y colaborativa obedece al principio según el cual, cuando las personas razonan juntas, es mas probable que su experiencia combinada logre los resultados deseados que cuando razonan solas.
El primer academico que descubrió el gran valor del aprendizaje lateral . J. Abercrombie en el Hospital Universitario (University Hospital) de la Universidad de Londres. En unas investigaciones llevadas a cabo en la decada de 1950, Abercrombie percibió algo tan curioso como que, cuando los estudiantes de medicina acompañaban en grupo a un médica en su ronda de visitas a los pacientes del hospital y colaboraban en la evaluación del estado de cada uno de estos, alcanzaban diagnósticos mas correctos y precisos que cuando solo uno de ellos acompafiaba al facultativo de turno. La interacción del grupo facilitaba a los estudiantes la oportunidad de cuestionarse mu- tuamente sus hipótesis, de ofrecer ideas y apreciaciones individuales construidas simultáneamente sobre las de los demás, y de alcanzar finalmente un consenso colectivo sobre el estado mas probable del paciente a examen.
El aprendizaje lateral (hasta hace poco teníamos y tenemos un aprendizaje vertical, descendiente y establecida de forma individual), por su parte, parte de un supuesto completamente distinto acerca de la naturaleza misma de la educación. El conocimiento no es considerado como una serie de fenómenos autónomos y objetivos, sino como aquellas explicaciones que damos de las experiencias comunes que compartimos con los demás. Buscar la verdad es comprender como se relaciona todo entre si, y descubrimos esas relaciones mediante nuestra participación a fondo con otras personas. Cuanto más diversas son nuestras experiencias y nuestras interrelaciones, más nos aproximamos a comprender la realidad misma y la manera en que cada uno de nosotros y nosotras encaja en la imagen de conjunto de la existencia.
[…] El aprendizaje peer to peer (o de igual a igual) desplaza el foco de atención desde el yo solitario hacia el grupo interdependiente. El aprendizaje deja de ser una experiencia aislada entre una figura de autoridad y un estudiante, y se transforma en una experiencia comunitaria.
«Liderando la Tercera revolución Industrial» por J. Rifkin [pdf].
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