Reflexiones sobre ecologías y espacios del aprendizaje, análisis del aprendizaje y análisis de redes sociales, visualización de datos, Big Data y otros temas emergentes

El canon digital: injusto, trasnochado y antidemocrático

Este canon digital parece llevarnos a tiempos oscuros de nuestro pasado, al llamado «derecho de pernada» traspasado al siglo XXI. El retroceso es brutal para una sociedad de la información. Las entidades de gestión de derechos de autor, son como los sindicatos verticales. En El País hace unas semanas se abrió un «debate» sobre ese tema, y hay artículos que merece la pena leerlos como el de José María Lancho y Roberto Santos, el de Víctor Domingo o el de Javier de la Cueva entre otros. Busca por canon digital y encontrarás más artículos. Dejo una muestra de lo dicho con citas:

Esta situación nos muestra una de las cuestiones que más se eluden en los discursos de las entidades de gestión: que quien más canon paga es el que más almacenaje de información necesita. Y no deja de ser extraño que desde el legislativo se imponga al Estado un gravamen en favor de asociaciones privadas.
«La Punta del Iceberg» de Javier de la Cueva, El Pais Digital, 23/01/2007
Bajo la apariencia de compensación digital recaudada de forma no transparente a través de entidades de gestión en la que los autores no tienen voto (únicamente 5.000 de los 85.000 socios de la SGAE pueden votar), lo que se está haciendo es subvencionar a unas entidades no democráticas y que fundamentan la ausencia de voto de los autores con los mismos argumentos que los del voto censitario del siglo XIX: si no tienen fincas, no pueden votar.
«La Punta del Iceberg» de Javier de la Cueva, El Pais Digital, 23/01/2007
No es necesario ser un jurista experto para entender lo siguiente: que es el hecho de realizar reproducciones de las obras para uso privado es lo que puede o no dar lugar a una compensación económica, es decir USAR LA OBRA, y que la utilización de DRM elimina la posibilidad de cobrar dicha compensación. Con la nueva LPI se cobra canon por usar la obra y por no usarla, y además se cobra aunque haya dispositivos o medidas tecnológicas de protección (DRM), que ya existen en muchos soportes como los DVDs.
«El canon digital es un desequilibrio democrático que infama al Estado de Derecho» de Víctor Domingo, El Pais Digital, 22/01/2007
En el pasado estas entidades hicieron de intermediarios entre los que creaban y los que tenían los medios para producir, distribuir y comercializar pero Internet ha eliminado la necesidad de esa gestión colectiva. En Internet TODOS somos AUTORES, PRODUCTORES y DISTRIBUIDORES.
«La creación digital discriminada» de José María Lancho y Roberto Santos, El País Digital, 20/01/2007

Estamos en un momento de «mercantilización de la cultura, la información y el conocimiento» absolutamente insostenible. Por eso, se necesitan firmas para hacer un poco de presión a estos políticos que miran para otro lado ante temas trascendentales y con las manos atadas ante «lobbys» tan potentes como las entidades de gestión de autores. Esta nueva LPI les ha salido redonda y han sabido esquivar el Consejo Social y Económico, el Tribunal de Defensa de la Competencia, dejar de lado las Asociaciones de Consumidores, etc. Vamos, una Ley a la vieja usanza. Da pena el llamado Estado de Derecho que tanto cacarean los políticos. Me pone enfermo este tema como podéis observar. Pásate por todoscontraelcanon y pon tu firma. Se necesitan 600.000 para hacer algo de presión.

About the author

Fernando Santamaría González Soy un investigador y formador en espacios online. Trabajando e investigando en temas de aprendizaje emergente.

1 comentario

  1. Pablo

    A continuación un estupendo artículo de reflexión acerca de la revolución que está viviendo la industria discográfica, analizada comparativamente con la que sufrió la distribución del agua en su momento.

    Paradigmas de la Historia: Salvemos a los Aguadores

    Mucho tiempo antes de que ninguno de nosotros naciéramos el agua limpia en las ciudades era un problema.En aquella lejana época la gente acudía a la fuente, y no en todos los sitios había disponible una. Unos diligentes profesionales cubrían esta necesidad: los aguadores.

    Los aguadores paseaban por la ciudad con una mula cargada con cántaros de agua. Este honrado profesional vendía su producto a los ciudadanos.

    Un buen DIA se inventaron las cañerías. Eso permitió la llegada de agua corriente a cada casa. A partir de ese momento se pudo contar con agua barata y en cantidad, gracias a la gran eficiencia del nuevo método de distribución. Esto marcó un hito en salubridad e higiene. ¿Se imaginan llenar una bañera con tinajas transportadas a lomos de una mula?

    Desgraciadamente los aguadores se extinguieron, y los fabricantes de cántaros vieron desaparecer su negocio. En su lugar nacieron los fontaneros, en mayor cantidad de la que nunca alcanzaron los aguadores. Además con un sueldo mucho más digno como podrá saber quien alguna vez haya necesitado de sus servicios. También nació una floreciente industria de cañerías.

    ¿Y ESTO A CUENTO DE QUE?

    Bueno, comparemos los paralelismos.

    Actualmente la música se distribuye por tiendas de música (aguadores) que reciben mediante distribuidoras (mulas). La música viene empaquetada en CDs (tinajas).

    Pero ya se ha inventado Internet (las cañerías) que permiten transportar la música sin necesidad de distribuidoras (mulas) ni tiendas (aguadores) ni siquiera CDs (cántaros). Este sistema es mucho más económico y eficiente, y permite distribuir la música (agua) desde los autores (fuente) al consumidor final.

    Pero tenemos en pie de guerra a los grupos que este nuevo y eficiente sistema deja fuera de juego (sociedades de derechos, distribuidoras, etc.). Estos ven su próxima extinción y se dedican a romper las cañerías ajenas por todos los medios.

    Aducen que se van a perder sus empleos. Tienen razón, pero imaginaros como sería nuestra sociedad si por conservar los empleos de aguadores y alfareros se hubieran puesto tantos impuestos a las cañerías que no se hubieran podido implantar.

    A LAS DISCOGRÁFICAS, SGAE, ETC…

    Señores, reconviertan sus empleos. Es cierto que ya no necesitaremos distribuidores, pero si que necesitaremos empresas de telecomunicaciones, fabricantes de servidores, routers, módems ADSL y CD-R. Esta batalla está perdida antes de empezar. La historia nos demuestra que los métodos más eficaces y menos onerosos de distribución se imponen sobre los sistemas obsoletos e ineficientes.

    Al final de la edad media los tejedores manuales invadían las fábricas y destrozaban los telares mecánicos para proteger su forma de vida. Ustedes parecen seguir una estrategia similar pero, al igual que a los tejedores, no les va a servir de nada.

    Por mantener su negocio la sociedad no tiene por qué mantener económicamente un sistema anticuado e ineficiente. Y estén seguros de que no lo hará.

    Grandes empresas de las telecomunicaciones y grandes corporaciones que fabrican equipos de comunicaciones no tardarán en ver el negocio. Ellos tienen más recursos que los pobres usuarios que ahora demonizáis. Y a estos no los frenareis indefinidamente con demandas.

    A LOS AUTORES

    Los autores no tienen nada que temer. El hecho de aumentar la eficiencia de la distribución abaratará el precio final e incrementará el consumo. La gente no consume menos agua por la aparición de las cañerías sino, al contrario, consume mucha más.

    Los actuales aguadores y alfareros os engañan haciéndoos creer que perdéis vuestro medio de vida. No es cierto, pues siempre se va a necesitar gente que cree e interprete música. Y para eso van a tener que recurrir a vosotros.

    Es cierto que igual los ingresos no podrán seguir viniendo del mismo sitio. En un futuro es posible que los conciertos, el merchandising o las actuaciones en los medios de difusión os den la mayoría de vuestros ingresos. Seguramente en muchas ocasiones es ahora mismo así.

    A TODA LA SOCIEDAD

    Al igual que la imprenta revolucionó la difusión de la cultura, o el fonógrafo de Edison revolucionó la música, Internet revolucionará ambos medios.

    Nunca hasta ahora fue posible difundir el conocimiento a tanta gente, en tan poco tiempo y a un coste tan económico. Si dejamos atrás los caducos esquemas de la sociedad preinformación viviremos una revolución cultural de proporciones inimaginables.

    Serán posibles autores de masas con un grado de difusión inimaginable dado que el coste extra de esa difusión será insignificante al no haber «tiradas extra». También será posible que millones de autores lleguen a minorías por reducidas que sean ya que el coste de publicación tan bajo que un centenar de seguidores dispersados por el mundo podrá sostener económicamente al autor.

    Y los ciudadanos podremos disponer de una oferta cultural a un precio ínfimo. Un precio tan bajo que por fin la cultura estará disponible para todo el mundo, incluido el tercero. También dispondremos de una variedad de oferta cultural que actualmente no alcanzamos a imaginar.

    Y nuestro gobierno que no se preocupe. Cobra ahora más impuestos en concepto de agua de los que nunca cobró. En el futuro ingresará más impuestos por los bienes culturales de los que nunca podría recaudar con el obsoleto sistema actual. Solo tiene que derogar leyes que datan de principios de la revolución industrial y que ya no son más que un lastre en nuestra sociedad de la información.

    NOTA:

    Hemos de suponer que un CD cuesta lo que nos cobran (unos 18 euros). Ese mismo CD recogido por Internet cuesta: 0.50 euros de derechos de autor (que es lo que dicen cobrar por un disco actualmente) 0.35 euros del soporte (incluso se puede encontrar más barato, sin mencionar guardarlos en MP3) 0.35 euros de gastos varios (grabadora, ADSL, imprimir carátula, etc.) 0.60 euros de beneficio del vendedor (que no tendría más gastos que un servidor Web) En total 1.8 euros

    Por tanto el nuevo sistema de distribución solo cuesta la décima parte del antiguo. Es de una lógica aplastante que este nuevo sistema de distribución se acabará imponiendo, pese a quien pese.

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