«El alumnado tiene un papel más activo, el intercambio entre docentes y alumnos es más colaborativo y la figura del profesor adquiere una nueva dimensión como verdadero administrador de todo el proceso», dice Domínguez. «Este cambio requiere de circunstancias favorables, tanto en el ámbito de las dotaciones tecnológicas a los colegios como, sobre todo, de la formación y motivación de los docentes».

[Vía Ciberp@is: Los juegos educativos amplían su oferta para los ordenadores de las escuelas]

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Fernando Santamaría González Soy un investigador y formador en espacios online. Trabajando e investigando en temas de aprendizaje emergente.