M. Castells en una entrevista que le hizo Iñaki Gabilondo a propósito de la presentación del libro de Mayte Pascual en el que recoge una amplia e introductoria entrevista. Es un buen libro introductorio que viene muy bien para quien no haya entrado aún en la obra de Manuel Castells. Lo estoy leyendo. Cuando lo acabe intentaré hacer un resumen, por cierto complicado, ya que el texto no tiene desperdicio. Hay más información en diferentes posts: Consultoría artesana en la red, algo que hacer, etc. Este etc. es para busquéis puesto que seguro que irán apareciendo más ;-).
“¿Hacia dónde vamos?” pregunta Gabilondo. Responde Castells: “Hacia más de lo mismo […] nuestro trabajo depende de lo que ocurra en esa globalización, también hacia la tranformación tecnológica de nuestras sociedades y de nosotros mismos. Vivimos en la red, la red de Internet, la red de móviles, la comunicación; esa es nuestra vida […] cada vez más afirmando nuestra identidad, la identidad de quiénes somos, para no perdernos en estas redes globales.”
En la entrevista abordan también la crisis de confianza en los políticos por parte de los ciudadanitos de a pie, pero no en la necesidad de la política. Dice: hay que “reestablecer la confianza”, refiriéndose a los políticos y a los partidos. ¿Cómo? “Cumpliendo una buena parte de lo que se promete en las elecciones”, afirma Castells. “Estableciendo comunicación con los ciudadanos, a través de los multiples medios de comunicación interactiva que tenemos hoy día: internet, móviles […] podemos tener una democracia deliberativa continua, permanente, porque: tenemos la tecnología para esto”
Patria chica/patria grande; hombre/ mujer; joven/viejo, tener una cultura u otra … dicotomías que plantea Castells.
“¿Donde hay que estar ahora?” pregunta Gabilondo, recordándonos que en mayo del 68 Castells era profesor de los que lanzaron la revuelta del 68; que en el 78, estaba en Sillicon Valley, en donde se estaba fraguando la revolución tecnológica… (que explica muy bien el el libro)
En cuanto a la pregunta “¿En dónde estar ahora?”, Castells, responde:
“En el mundo de la comunicación por Internet, móvil y las consecuencias de esto en la vida personal, política, económica. Estamos en un mundo de comunicación en red … Todo el mundo recibe contenidos, todo el mundo produce contenidos…”. Y luego habla de los blogs.
Seguir escribiendo es robaros tiempo. Lo mejor es escuchar la entrevista.
En cuanto a la educación, Castells muestra algunos de los planteamientos que defendemos desde este blog igual que muchos otros teóricos que quieren y desean innovar en el mundo educativo sobre bases teóricas como el LLL (Life Long Learning):
Cambiar la escuela. Aceptar que la información está toda en Internet y que lo esencial del aprendizaje es que la escuela, empezando por los profesores, introduzcan a los niños a la experimentación y que no coarten su autonomía intelectual. Hacerlos creadores de conocimiento, a partir de su acceso al acervo de conocimiento de la humanidad, en lugar de grabadoras de enciclopedias generalmente obsoletas. Por cierto que, al mismo tiempo, esa autonomía no puede extenderse a las relaciones sociales y a la disciplina de clase. La escuela debe a la vez transmitir valores, socializar en reglas de comportamiento, enseñar a buscar la información en Internet, generar conocimiento y curiosidad de conocimiento a partir de esa información y motivar el aprendizaje. Ese es un proceso que se incorpora en la mente para toda la vida. Pero todo lo que acabo de decir es una revolución cultural en la que poca gente del mundo de la enseñanza está por la labor. El sistema educativo es probablemente la institución más conservadora de la sociedad, aparte de la Iglesia, que es en realidad una parte esencial del sistema educativo. Y así vamos.
Este nuevo sistema (en la educación también) toma fuerza como nuevo eje la innovación y cuyas hélices (Universidad, industria y administración, modelo de triple Hélice de Henry Etzkowitz) deben girar al unísono y con intereses comunes de efectividad. En España sólo funciona de manera singular una doble hélice sin efectividad creativa y productiva.